El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó el regreso del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para la revisión de los archivos militares sobre el caso Ayotzinapa, como demandaron las familias de los 43 normalistas desaparecidos, y sentenció: ya no les tengo confianza a los del GIEI.

En cambio, recomendó a los familiares buscar a investigadores nacionales para que los apoyen en la revisión de documentos. ¿Qué no pueden los abogados que los asesoran contratar a expertos en manejo de archivos en la UNAM, el Politécnico, en cualquier universidad pública o instituto, El Colegio de México? Y nosotros ayudamos para que se les pague, porque no tenemos nada que esconder, pero parece que no quieren que se avance.

En la mañanera de ayer en Palacio Nacional, manifestó extrañeza por la posición de los familiares ante el anuncio oficial de apertura de documentos. Que ingresen al archivo, pero ya, porque se nos acaba el tiempo y nosotros necesitamos avanzar, dijo, y se comprometió a que estará abierto por tres meses.

La semana pasada, en un comunicado, los familiares expresaron que ir directamente a las instalaciones castrenses representaría una simulación, por lo que demandaron que los documentos se entreguen a través de la Secretaría de Gobernación y con el acompañamiento del GIEI.

Al resquemor que ha mantenido en meses recientes hacia los grupos de acompañamiento de las familias, como el Centro de Derechos Humanos Pro Juárez, el jefe del Ejecutivo ayer sumó al GIEI y a los jesuitas. Sobre la congregación religiosa, afirmó que no todos son honestos y otros son conservadores.

Detalló que su desconfianza en el GIEI se debe a que es un grupo dependiente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

También objetó a los expertos porque, dijo, junto a las organizaciones que representan a los padres, habrían promovido juicios para que se dejara en libertad a quienes participaron en la desaparición forzada de los jóvenes en septiembre de 2014, porque fueron torturados. El Presidente aseguró tener pruebas.

Ante todo esto cuestionó: entonces, ¿qué quieren?, ¿qué buscan?, ¿que nunca sepamos nada?, ¿que no se detenga a nadie?, ¿que me tengan a mí como rehén? No, no. Yo siempre he luchado por la defensa de los derechos humanos y por la justicia, y no soy rehén de nadie. Afirmó además que los padres y las organizaciones que los representan dijeron que ya no querían que yo hablara de esto en la mañana. No puede ser parte del pacto de silencio, reviró.

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