Madrid. En un áspero debate parlamentario, la vicepresidente tercera y ministra de Transición Ecológica del gobierno español, la socialista Teresa Ribera, responsabilizó íntegramente de la gestión de las lluvias torrenciales que devastaron varias localidades del sureste español al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, del derechista Partido Popular (PP).
Ribera, que durante el desastre natural tenía las competencias de velar por el funcionamiento del sistema hídrico en todo el país, no había explicado su actuación durante aquellos días, en los que tampoco ha visitado la zona afectada.
La ministra Ribera compareció ante el Congreso de los Diputados para explicar su gestión durante la crisis de la DANA, empujada por el Parlamento Europeo, en donde se condicionó su inminente nombramiento como vicepresidenta de la Comisión Europea (CE) a que explicara en la sede de la soberanía popular su actuación en la tragedia.
La vicepresidenta tercera se había mantenido en segundo plano y ni siquiera había salido a defender las duras críticas que se vertieron desde Valencia y desde la oposición contra la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que tenía la responsabilidad de vigilar infraestructuras tan sensibles en este tipo de fenómenos como eran el barranco del Poyo y la presa de Forata.
En su intervención, Ribera defendió tanto la actuación de la CHJ como de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que a su juicio alertaron de la situación a las autoridades valencianas, que fueron las que finalmente retrasaron la alerta a la población y que provocó una tragedia mayor, con 220 fallecidos oficiales y 15 desaparecidos.
Según la ministra Ribera, los servicios de emergencia de la AEMET hicieron hasta 11 llamadas a Protección Civil de Valencia y la CHJ remitió más de un centenar de correos electrónicos a lo largo del día 29, fecha del desbordamiento. Pero -añadió- “de poco sirve tener toda la información necesaria si quien debe responder no sabe cómo hacerlo”.
Ribera advirtió que “un país como el nuestro necesita dedicar cuantos más recursos mejor en la gestión del agua, para los dos extremos: los riesgos de la sequía y también de las inundaciones. Es importante distinguir lo que son medidas dirigidas para reducir nuestra vulnerabilidad de lo que es desinformación y a la necesidad de atender a la cartografía que señala las zonas inundables y especialmente las que tienen mayor densidad de población”.
Desde la oposición del PP y del ultraderechista Vox le acusaron de estar ausente durante estas tres semanas de crisis, en las que no ha visitado la zona afectada y no ha dado ninguna comparecencia pública, salvo una breve entrevista radiofónica.