Moscú. Al menos tres responsables de la ocupación rusa figuran entre las víctimas del bombardeo imputado al ejército ucraniano contra una panadería en Lisichansk, una ciudad del este de Ucrania ocupada por Rusia, informaron el lunes las autoridades regionales instaladas por Moscú.
El Kremlin había tachado poco antes de “acto terrorista monstruoso” el bombardeo, en el que murieron al menos 28 personas, según los rescatistas locales.
“El ministro de Situaciones de Emergencia de la República Popular de Lugansk, el coronel Alexéi Poteléschenko, murió en el brutal bombardeo de la panadería”, indicó en Telegram el gobernador regional, Leonid Pásechnik.
El militar había combatido en las milicias pilotadas y respaldadas por Moscú en la cuenca del Donbás, en el este de Ucrania, a partir de 2014, según la misma fuente.
“Dos consejeros municipales” también fallecieron, informó el alcalde de Lisichansk, Eduard Sakhnenko, igualmente instalado por Moscú.
Ninguno de los dos funcionarios explicó, no obstante, por qué estos responsables locales estaban en el lugar.
El portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, Dmitri Peskov, denunció “bombardeos contra infraestructuras civiles”, sin mencionar que había representantes de la ocupación rusa.
“El número de víctimas también es una prueba de monstruosidad”, subrayó.
Según él, el ejército ruso proseguirá con su operación en Ucrania para “impedir” que se produzcan más víctimas.
Las autoridades rusas acusaron el sábado al ejército ucraniano de haber llevado a cabo un bombardeo que alcanzó una concurrida panadería de Lisichansk y que causó al menos 28 muertos.
De momento, el gobierno ucranio no reaccionó a estas acusaciones.
Rusia, por su parte, siempre niega apuntar contra objetivos civiles en Ucrania, aunque localidades como Mariúpol o Bajmut quedaron devastadas en el marco del conflicto.
Lisichansk, en la región de Lugansk, cayó en manos de las fuerzas rusas en el verano de 2022, tras una cruenta batalla.
Antes de la ofensiva rusa en Ucrania, esa ciudad tenía unos 111 mil habitantes.
El frente en el este de Ucrania lleva meses prácticamente paralizado pero los combates y los bombardeos, por parte de ambos bandos, se intensificaron este invierno boreal.