Cali. Gobiernos de casi 200 países y administraciones locales se alistan para las negociaciones de alto nivel de la conferencia mundial de Naciones Unidas para la biodiversidad (COP16), con propuestas disruptivas como generar un fondo con recursos obtenidos por uso de materiales genéticos en producciones agrícolas usados en la industria farmacéutica, la cosmética y agroquímicos, por ejemplo.

El tema –junto con el financiamiento en general para la recuperación de ecosistemas– es del máximo interés de los delegados, ministros y mandatarios.

La presidenta en turno de la COP16 y, además, integrante del gobierno del país anfitrión, Susana Muhamed, ha hecho referencia al asunto de los recursos genéticos y los beneficios para las naciones, pero, sobre todo, lo expone como un asunto que debe ser socializado.

Es decir, hoy ciertos sectores privados tienen acceso a material genético de plantas y animales, con lo cual se hace ciencia e investigación, pero también productos; sin embargo, los beneficios (de la región de origen) no se están repartiendo, expuso ante la prensa.

Para ella, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, al igual que para otros especialistas, hay un reto de información al respecto.

Lo anterior, porque consideran la oportunidad de repartir equitativamente los beneficios, lo cual se puede lograr al esclarecer las secuencias genéticas digitales.

Por lo pronto, Colombia propuso la creación de un fondo internacional que garantice que los países de origen de esa biodiversidad secuenciada sean reconocidos monetariamente, es decir, que reciban los beneficios que corresponden.

Paz con la natutaleza

En medio de objetivos locales y regionales de los participantes de la COP16, junto con las agendas de grupos como mujeres, jóvenes, indígenas y afrodescendientes, deberá prepararse la próxima semana la declaración final de esta conferencia cuyo lema es Paz con la naturaleza.

Al mismo tiempo continúa la preocupación por incrementar las fuentes de financiamiento para atender focos rojos como la deforestación.

Lo más crítico, y ningún país de la región se escapa, es la deforestación. De la Independencia (siglo XIX) hasta ahora hemos consumido 85 por ciento, advirtió Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.

Señaló que aunque hay 500 bancos de desarrollo en el mundo, todos ellos cubren apenas una pequeña porción de las necesidades de crédito que en su opinión requieren todos los países.

Y si bien científicamente se sabe dónde urgen los recursos de prevención y recuperación en materia de medio ambiente, se deben evitar campañas dañinas –o improvisadas– respecto a dónde invertir el dinero verde.

El primer gran desafío para países como México, comentó, es la reforestación y el manejo del agua, a fin de tener elementos para manejar excesos como ausencia del líquido e inundaciones, manifestaciones dramáticas de los últimos dos años.

A su vez, la COP tiene 23 metas en el corto y mediano plazos; América Latina y el Caribe no sólo es la región con mayor pérdida de biodiversidad en el mundo, sino, además, es la zona más peligrosa para activistas ambientales, en especial Colombia y Brasil, según datos estadísticos divulgados en esta conferencia mundial.

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