Uruguay se resiste a competir en la Copa América lejos de Argentina y Brasil, los dos colosos del continente. Su gran desafío es regresar a su rol de aspirante y candidato a jugar instancias decisivas, de la mano del entrenador argentino Marcelo Bielsa. En su debut ante Panamá en el Grupo C, la Celeste triunfó 3-1 en el estadio Hard Rock, en Miami, pero dejó abiertas aún varias preguntas sobre su capacidad de resolver los partidos sin sufrimiento.

Con un equipo intenso y jugadores comprometidos con el plan de su entrenador, el representativo charrúa marcó el único gol de la noche por medio de Maximiliano Araujo, actual delantero del Toluca (minuto 16). La jugada inició del medio campo y terminó en los linderos del área panameña, donde Araujo giró sobre la pelota y la mandó guardar al poste izquierdo del guardameta Orlando Mosquera.

Las buenas sensaciones de su juego colectivo, con movimientos y pases por doquier, invitaron a pensar en una goleada de Uruguay. Darwin Núñez tuvo en sus pies al menos dos oportunidades claras para confirmarlo, pero falló y eso permitió que Panamá creciera en el cierre del primer tiempo. Con cierto malestar y angustia, Bielsa enderezó el camino de su equipo hasta el complemento.

Fue entonces que Núñez (85) y Matías Viña (90+1), muy cerca del final, reflejaron de una vez por todas la superioridad de los charrúas sobre su rival. Sin embargo, Michael Murillo recortó la diferencia (90+5). La Celeste tomó así el liderato de su sector y sigue teniendo sus aspiraciones firmes, por encima de Estados Unidos.

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