Los Angeles. Amplias zonas del estado de California, en el oeste de Estados Unidos, quedaron inundadas el lunes, provocando la muerte de una persona y dejando a centenares de miles de usuarios sin electricidad luego de que una tormenta provocara fuertes lluvias y obligara a las autoridades a decretar el estado de emergencia.
“Esta es una tormenta grave con impactos peligrosos y potencialmente mortales”, aseguró el gobernador, Gavin Newsom, al declarar el estado de emergencia para ocho condados del sur de California.
En el norte de California, un hombre murió al caerle encima una de secuoya en el patio trasero de su casa, según la policía de la ciudad de Yuba, cerca de Sacramento.
Según el rastreador de suministro eléctrico PowerOutage.us, unos 700.000 clientes se quedaron sin electricidad la madrugada del lunes.
Por su parte, el sitio aeronáutico Flightaware.com, indicó que decenas de vuelos dentro y fuera del aeropuerto de Los Ángeles tuvieron retrasos o fueron cancelados.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), se espera que caigan de 13 a 20 centímetros de Los Ángeles el lunes, con lo que la cantidad total de lluvia en las últimas 48 horas sería de 35 centímetros.
“Las condiciones cada vez más saturadas y las inundaciones que ya hay se agravarán aún más por esta lluvia adicional, continuando la amenaza de inundaciones repentinas, urbanas y de arroyos pequeños que amenazan la vida y son localmente catastróficas, así como una amenaza de flujos de escombros y deslizamientos de tierra”, según el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) el lunes temprano.
El organismo había emitido anteriormente una advertencia de que “un fuerte sistema de tormentas en el Pacífico que traería inundaciones peligrosas e impactantes, nevadas, vientos, inundaciones costeras y fuertes olas a California”.
La tormenta, con ráfagas de 96 km por hora o más, es parte del denominado “Pineapple Express” (Expreso Piña), un fenómeno climático que nace en el archipiélago de Hawái cerca de donde llega la humedad tropical.
El NWS la describió como “la tormenta más grande de la temporada”.