La Delegación de la Unión Europea en México y las embajadas de Noruega y de Suiza condenaron este jueves los asesinatos del periodista Cayetano de Jesús Guerrero, ocurrido el pasado viernes 17 de enero en el municipio de Teoloyucan, Estado de México, y del defensor de derechos humanos Sergio Cruz Nieto, ocurrido el mismo día en el municipio de Tehuacán, Puebla.

En un comunicado, las delegaciones diplomáticas reconocieron “los esfuerzos realizados por las autoridades mexicanas para esclarecer los últimos casos de asesinatos, así como prevenirlos”, al tiempo que reiteraron su “gran preocupación sobre el nivel de impunidad en casos de periodistas y personas defensoras asesinados en México en años anteriores y nuestro llamamiento para que se identifiquen y juzguen a los responsables tanto materiales como intelectuales de todos estos asesinatos.

“Animamos a las autoridades mexicanas a seguir avanzando en la protección de periodistas y defensores de derechos humanos a través de las herramientas existentes, como el Mecanismo de Protección, y a mantener el fructífero diálogo con la sociedad civil a través del grupo de trabajo creado para su mejora”, señalaron.

Cayetano de Jesús Guerrero era subdirector del medio Global México y beneficiario del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. El señor Sergio Cruz Nieto era miembro de la comunidad nahua y defensor de los derechos de su comunidad en Puebla, que había solicitado ser beneficiario del mismo Mecanismo.

“Las muertes de los señores de Jesús Guerrero y Cruz Nieto muestran el grado de violencia e intimidación que enfrentan muchos periodistas y personas defensoras de derechos humanos en México y que constituye una amenaza contra los derechos humanos”, señalaron las embajadas europeas.

Instaron a todas las autoridades competentes a “generar entornos favorables y protección para que los y las periodistas y personas defensoras en México puedan ejercer sus actividades libremente, sin poner en riesgo sus vidas y sin amenazas, para evitar que haya “zonas de silencio” donde ningún periodista se atreva a trabajar”.

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