Panamá. La soberanía y la independencia de nuestro país no son negociables, reviró ayer el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, al mandatario electo estadunidense, Donald Trump, quien amenazó con reinstalar el control estadunidense sobre el Canal de Panamá, al alegar que el país istmeño cobrar tarifas excesivas por utilizar el paso, y criticó la influencia china en ese cruce.

Las tarifas que está cobrando Panamá son ridículas, especialmente conociendo la extraordinaria generosidad a esa nación por parte de Estados Unidos, escribió Trump en Truth Social.

No fue otorgado para el beneficio de otros, sino simplemente como muestra de cooperación. Y si no se siguen los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de dar, entonces exigiremos que el canal nos sea devuelto en su totalidad y sin preguntas, publicó Trump la noche de sábado.

China no administra el canal; sin embargo, una filial de CK Hutchinson Holdings, en Hong Kong, gestiona dos puertos situados en las entradas caribeña y pacífica del canal, respectivamente.

En su primer gran mitin desde que ganó la Casa Blanca el 5 de noviembre, Trump sostuvo ayer en Phoenix: Nos están estafando en el Canal de Panamá, y lamentó que su país haya entregado dicha infraestructura tontamente.

Sin mencionar por su nombre a Trump, Mulino respondió ayer en la tarde mediante un mensaje a la nación y aseguró que cada metro cuadrado del canal de Panamá y su zona adyacente es y seguirá siendo de Panamá. La soberanía y la independencia de nuestro país no son negociables.

Ya lo veremos, replicó Trump más tarde en sus redes sociales, y agregó una foto acompañada de la leyenda: Bienvenidos al canal de Estados Unidos.

Moulino sostuvo que las tarifas no son un capricho, pues se establecen de manera pública (…) considerando las condiciones del mercado, la competencia internacional y los costos operativos; agregó que ni China ni ninguna otra potencia mundial tienen control, directo o indirecto, sobre la ruta interoceánica que seguirá estando en manos panameñas. Cualquier oposición contraria (a los tratados) carece de validez o sustento sobre la faz de la Tierra. Nuestro canal tiene la misión de servir a la humanidad y su comercio, expuso Mulino.

Los panameños podemos pensar diferente, pero cuando se trata de nuestro canal y nuestra soberanía nos unimos todos bajo una única bandera: la de Panamá.

Políticos panameños de todas las corrientes cerraron filas ante los amagos del magnate. La diplomacia exige firmeza ante palabras lamentables, escribió en X la diputada Grace Hernández, del partido de centroderecha y primera fuerza opositora del país Movimiento Otro Camino, mientras el Defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc Jr, enfatizó la importancia global de mantener la neutralidad del paso marítimo.

En su mensaje en X, el Partido Revolucionario Democrático, el de más adherentes en el país, exigió al Ejecutivo y a la cancillería hacer respetar la soberanía ante declaraciones inaceptables de Trump y añadió: A Panamá no le fue dado el canal, lo recuperamos y ampliamos para nuestro desarrollo económico, informó el funcionario a Cubadebate.

Las declaraciones del presidente electo Trump sobre el Canal de Panamá son desafortunadas, afirmó Alberto Alemán, administrador de dicha infraestructura naval entre 1996 y 2012. La transferencia del canal a nuestro país fue un largo proceso de lucha, sacrificio, negociaciones complejas y esfuerzos históricos.

Colombia se solidariza con la nación centroamericana

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se solidarizó con el gobierno panameño. Hasta las últimas consecuencias estaré al lado de Panamá y la defensa de su soberanía. Si el nuevo gobierno de Estados Unidos quiere hablar de negocios, hablaremos de tú a tú en beneficio de nuestros pueblos, pero jamás se negociará la dignidad. El próximo mandatario Trump se ha equivocado y contradicho. Si no quiere miríadas pasando por el Darién, incrementadas por millones, desde Panamá hasta México, entonces debe entender que ello dependerá de la prosperidad y libertad de nuestros pueblos, publicó en X.

Y agregó: Si le parece costoso pasar por el Canal de Panamá en manos de los panameños, mucho más costoso será hundir a esta nación, a Sudamérica, Centroamérica o a México en la pobreza. Si no nos quieren en Estados Unidos (a los indocumentados), hay que volver prósperas a todas las Américas, con independencia, libertad y dignidad democrática.

Estados Unidos construyó el Canal de Panamá en los albores del siglo XX en un intento por facilitar el tránsito de buques comerciales y militares entre sus costas. Washing-ton cedió el control del canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999, bajo un tratado firmado en 1977 durante el gobierno del presidente Jimmy Carter con el general Omar Torrijos, lo que coronó décadas de lucha del pueblo panameño.

La vía navegable, que permite el cruce de hasta 14 mil buques al año, representa 2.5 por ciento del comercio marítimo mundial y es fundamental para las importaciones estadunidenses de automóviles y bienes comerciales en buques procedentes de Asia, y para las exportaciones estadunidenses de materias primas, incluido el gas natural licuado.

No está claro cómo Trump trataría de recuperar el control sobre el Canal, pues no tendría ningún recurso legal de su lado si decidiera hacer una jugada por el paso, en virtud del derecho internacional. 

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