Ciudad de México. El rapero estadunidense Travis Scott, conocido como La Flame, vibró junto a sus seguidores dos noches seguidas en la explanada del icónico estadio Azteca como parte de su gira mundial Circus Maximus. Entre un público diverso, que lució sus mejores prendas y lentes oscuros sobre sus rostros en medio de la noche, hizo retumbar por instantes el suelo del recinto mientras interpretaba temas de su más reciente producción UTOPIA, así como las canciones más representativas de su carrera musical.

Cerca de las 9:30 de la noche, las luces del escenario lanzaron una alerta al público que, al ver al astro mundial -con un álbum colocado en el número 1 de la lista de Billboard 200 y con miles de millones de reproducciones en plataformas digitales- aparecer en las pantallas, enlazado en una llamada con su pequeña hija Stormi, se entregaron en cuerpo y alma al espectáculo que estaban por presenciar. Entre pirotecnia y llamaradas La Flame comenzó su concierto con Hyaena, provocando lo que, por una hora, sería un ambiente de euforia y emoción entre los asistentes.

Con una actitud de liderazgo, Travis Scott guío a sus seguidores por una experiencia visual y musical, potenciada por un elemento sin igual, el público capitalino. Debajo del escenario, la hermandad y la euforia envolvieron a más de 20 mil personas que brincaban al ritmo del hip y del hop mientras el humo perfumaba el ambiente.

Vamos, quiero que todos levanten un dedo hacia el cielo, háganlo, porque si estamos juntos ¡La fiesta nunca terminará!”, pidió Travis antes de que No Bystanders reventara en las bocinas para comenzar el punto más caliente de su presentación. La conexión tan especial con el público hizo que el fenómeno mundial escogiera a unos 3 o 4 fans para subir al escenario con él para compartir la emoción de estar en México.

Al sonar Highest in the room provocó un grito de emoción al unísono previo a que todos los asistentes cantaran con elocuencia uno de los temas más icónicos de la estrella del rap. Otros temas que provocaron un punto de euforia sin igual fueron Butterfly Effect, Sicko Mode, I Know y Goosebumps.

La apoteosis de su presentación llegó en el momento en el que FE!N retumbó a las afueras del Azteca, acompañado por un juego de pirotecnia que recorrió el escenario de lado a lado. La emoción fue tanta que la masa de asistentes se abrió lugar para bailar frenéticos en los Mosh Pit, mejor conocidos como “slam”, con un rostro de emoción que no dejaba de verse en cada uno de los participantes, mientras el público a sus alrededores los alentaban y capturaban en video todas las emociones que se trasmitían mientras las gotas de sudor salpicaban por los bruscos movimientos.

En un acto de despedida, Scott bajó del escenario para recorrer todo el perímetro mientras chocaba las palmas del público que se rendía ante él por tenerlo tan cerca, mientras expresaba su agradecimiento y amor por la entrega recibida durante estas dos noches, “nos veremos muy pronto, los amo” aseguró.

La convocatoria de Travis Scott reunió en la capital del país a fans de diferentes partes de la república. Asistentes de estados como Sonora, Oaxaca, Querétaro y Yucatán se dieron lugar para disfrutar de la primera presentación en solitario de la estrella estadunidense en México, quienes afirmaron que, a pesar de todas las emociones generadas, quedaron con un extraño sabor de boca por la duración del espectáculo que fue de apenas 60 minutos, sin embargo, una presentación de un artista del calibre de Travis Scott es una experiencia imposible de no disfrutar.

 

 

 

 

 

 

 

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