Ciudad de México. La confusión invadió el salón del pleno del Instituto Nacional Electoral (INE). Tras más de nueve horas de sesión pública y tres de una reunión privada para definir las sanciones que impondrían a precandidatos locales por no haber presentado a tiempo los informes de sus gastos de precampaña, los consejeros no lograban un acuerdo y el embrollo se agudizó.

Los consejeros habían votado un criterio en el que no quedó claro si era para sancionar a los precandidatos o a los partidos políticos. La consejera Dania Ravel propuso votarlo nuevamente, pero el representante de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, les reprochó estos cambios repentinos que ahondaron el desconcierto.

“Evidentemente hay una confusión en esta votación”, apuntó la consejera Rita Bell López, quien pocas veces toma la palabra, pero ahora pidió una explicación para tener claridad de lo que estaban determinando en esta sesión extraordinaria del Consejo General que atoró a sus integrantes.

En la herradura de la democracia, las cuentas les fallaban y no quedó claro a cuántos precandidatos les negaron el registro ni a cuántos multaron económicamente; lo que sí fue visible es que los mismos consejeros se confundieron y no estaban seguros cuál era el sentido de su voto si decían a favor o en contra. Incluso tuvieron que hacer un breve receso nuevamente cerca de las 10 de la noche para hacer modificaciones a la propuesta que votarían otra vez.

Tras esta pausa, se determinó hacer la votación, pero el consejero Martín Faz señaló que votaba a favor del proyecto como lo presentó la Unidad de Fiscalización, de modo que la encargada de la Secretaría Ejecutiva, Claudia Suárez, le aclaró que en realidad estaba votando en contra de la última propuesta modificada en el breve receso.

Derivado de este caos, el representante del PT, Gerardo Fernández Noroña tomó la palabra y les dijo: “Los caminos de la justicia son inescrutables. Ya lo votaron. Háganse cargo de su decisión, punto. Lo demás es pura terapia”, atajó.

Pero la consejera Ravel hizo caso omiso del mensaje que le precedió y consideró que si no hubo claridad en la toma de esa votación, “por supuesto que por claridad se debe de especificar y repetir”.

La consejera presidenta, Guadalupe Taddei, señaló que no había ninguna predeterminación por si se vota de una manera o de otra. “Si hubo una confusión que además no se aclaró en este momento (…) pues bueno, no importa. Siempre hay que encontrar el camino para la escucha”, dijo para intentar salir del atolladero.

Finalmente, tras esta serie de confusiones, de desgaste físico y mental, los consejeros terminaron el punto de la discusión con 6 votos a favor y 5 en contra, para dar paso a los dos últimos puntos del orden del día, de los cuales el relativo a la metodología para obtener las preguntas del segundo debate fue aprobado.

Visiblemente cansados y después de un largo día de sesión extraordinaria, los consejeros lograron llegar al último punto y aprobarlo en menos de dos minutos.

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