Nueva York y Washington. La agencia federal antinarcóticos DEA, en su combate contra la narcocorrupción por el mundo, ha enfrentado esa misma batalla, pero dentro de su propia casa con una serie de escándalos internos captando a veces más atención que sus logros en su tarea de encabezar la guerra contra las drogas.

Los aproximadamente 10 mil empleados de la DEA en 241 oficinas en Estados Unidos, así como en 93 oficinas en el extranjero, son encargados de combatir las redes criminales de droga que traen daño, violencia, sobredosis y envenenamiento a Estados Unidos, y una parte central de eso incluye combatir la corrupción que es parte integral del negocio de drogas ilícitas. Ha realizado anualmente más de 26 mil arrestos en los últimos años y participado en algunos casos prominentes como los de El Chapo y García Luna. Más aún, continúa persiguiendo a otros capos mexicanos que identifica como los más buscados: El Mayo Zambada y el jefe del cártel Jalisco Nueva Generación, a quienes responsabiliza de ser los principales actores en el tema que ha elevado a su mayor prioridad: el fentanilo.

Pero al proceder, la DEA ha tenido que enfrentar no sólo a narcotraficantes y políticos sospechosos en este país y el mundo, sino escándalos de corrupción y complicidad con el narco en sus propias filas.

Entre los casos más espectaculares está el del agente estrella José Irizarry, quien cumple condena de 12 años de cárcel después de confesar a la FBI, en 2020, que trabajó con cárteles colombianos para lavar dinero, y robó millones en bienes confiscados y de pagos a informantes que usó para una vida internacional de fiestas, cenas lujosas y prostitutas.

Más aún, Irizarry, quien ahora es conocido como el agente más corrupto de la DEA en la historia de esa dependencia, denunció que él no era un caso aislado dentro de las filas de la DEA. En entrevistas con Ap, el funcionario afirmó que varios más de sus colegas –incluyendo decenas de otros elementos federales, fiscales e informantes–, participaron en su gran fiesta de corrupción, parte de lo que llamaban Equipo America, a través de tres continentes. Tuvimos acceso libre a hacer todo lo que queríamos, admitió.

Aunque el gobierno federal mantuvo durante años que este caso era aislado y no implicaba a los demás en la agencia, Ap informó a finales de 2022 que investigadores del Departamento de Justicia ya habían empezado a interrogar hasta dos docenas de agentes de la DEA y fiscales acusados por Irizarry.

No querían creer que esto estaba ocurriendo, comentó el ex agente estrella a la Ap.

Señaló que la acusación pinta una imagen de mí, el agente corrupto que manejó todo este esquema, pero no habla sobre el resto de la DEA. Yo no era el cerebro. Hasta el juez que lo sentenció aseveró ante los fiscales en 2021 que el acusado es quien fue atrapado, pero es aparente para esta corte que hay otros.

La agencia federal antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) ha tenido que investigar por corrupción y complicidad con el narcotráfico a docenas de sus agentes. Algunos han sido condenados y otros obligados al retiro. Foto de la página de la DEA

Irizarry declaró a Ap que sus actos corruptos fueron resultado de que se dio cuenta de que la guerra antinarcóticos era una especie de farsa. “No puedes ganar una guerra no ganable. La DEA sabe eso y los agentes también…. Sabemos que no estamos haciendo una diferencia. La guerra contra las drogas es un juego…. Y estábamos jugando un juego divertido”.

El jefe regional de la DEA en México, Nick Palmeri, se jubiló de pronto en 2021, un día antes de ser cesado. Eso ocurrió después de que se empezó a saber que se había reunido varias veces con abogados de líderes de cárteles, y había hecho uso inapropiado de fondos para sus gastos personales, entre otros actos, y sólo fue a principios de 2023 que el inspector general del Departamento de Justicia informó públicamente las razones por las cuales el director regional había sido retirado de su puesto en México, reportó el Washington Post. El incidente provocó que un ex agente de la DEA comentara al diario: no puedes componer lo que está mal en el gobierno mexicano si tu propia casa está incendiada.

Y por cierto, en su propia casa el año pasado, unos siete altos funcionarios de la DEA fueron sujetos de una investigación del inspector general del Departamento de Justicia por posible fraude en el otorgamiento de contratos millonarios no competitivos y emplear a una docena de personas que habían trabajado antes con la administradora (directora) de la agencia, Anne Milgram.

También estaba bajo investigación un contrato de 1.4 millones de dólares con un bufete en Washington que fue realizado por Milgram –y encabezado por un abogado cercano a un amigo de la directora– para realizar una evaluación de los escándalos de las operaciones en el extranjero de la agencia; el informe final fue ampliamente cuestionado por sus críticas limitadas a la conducta inapropiada por varios agentes.

Milgram fue nombrada por el presidente Joe Biden en 2021 para limpiar la casa, y muy rápido provocó conflictos al imponer reglas más firmes para prevenir conducta inapropiada de agentes que incluyen frenar actos racistas y sexistas. Fue ella quien ordenó la evaluación de las operaciones internacionales de su agencia, sobre todo después del escándalo de Irizarry (https://www.dea.gov/sites/default/files/2023-03/DEA%20Foreign%20Review%20Report.pdf).

Pero ella resultó ser la cuestionada por a quién encargó y contrató para el trabajo, y sus actividades han sido parte de investigaciones de legisladores poderosos como el senador Charles Grassley.

Altos mandos en problemas

No ayudó que a mediados de 2023 el segundo en el mando de la DEA, Louis Millones, renunció después de que la agencia Ap reveló que había sido asesor de una empresa farmacéutica sancionada por transportar cargamentos sospechosos de analgésicos y que también había sido consultor de Purdue Pharma, la cara de la epidemia letal de opioides en Estados Unidos. Millione había dejado su carrera de 21 años en la DEA en 2017 para irse al sector privado y retornó en 2021 para ser el segundo de la administradora Milgram.

La corrupción dentro de la agencia es un tema delicado y la DEA repite que entre sus prioridades está garantizar la integridad de su labor y asegurar que no permitirá la impunidad entre sus filas. Esas declaraciones han tenido que ser repetidas cada vez más en estos últimos años.

Pero a pesar de noticias bastante frecuentes de agentes que aceptaron sobornos, colaboraron con operaciones de lavado de dinero, que filtraron información a narcos o que robaron bienes confiscados y más, los escándalos parecen no tener mayor impacto sobre la agencia, la cual sigue con su misión de combate a las drogas ilícitas y la corrupción en el mundo, y cuyo presupuesto sigue creciendo con más de 2 mil 500 millones de dólares en el año fiscal 2023.

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