Ciudad de México. Al cierre del sexenio de la Cuarta Transformación quedó mucho por hacer en materia educativa; si de verdad queremos un cambio histórico, tenemos que ir mucho más a fondo, afirmó el maestro Pedro Hernández Morales, dirigente del magisterio disidente de la sección 9 en la Ciudad de México y uno de los principales líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en la que ha militado durante sus 40 años de servicio docente.

En entrevista con La Jornada, a una semana del encuentro previsto con el presidente Andrés Manuel López Obrador y la dirigencia de la coordinadora este primero de abril, luego de tres años de suspensión del diálogo por parte del gobierno, advierte: no somos proveedores de votos ni botín político. Somos una organización de izquierda que hará sus planteamientos en materia educativa, pero en una relación abierta, clara. No de sometimiento ni de corporativismo.

De las promesas de campaña de la candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, enfatiza: ofrecer a los ciudadanos construir un segundo piso a la reforma educativa de la Cuarta Transformación, lo que implica, entre otras acciones, fortalecer la Nueva Escuela Mexicana (NEM) y programas como La Escuela es Nuestra sin una revisión ni un diagnóstico, sería permanecer en lo superficial.

–¿Qué balance tiene del sexenio en materia educativa?

–Hay muchos claroscuros. Se creó un discurso de la transformación educativa, pero no se logró concretar varios de sus fines. En una primera etapa, el actual gobierno atacó la parte más punitiva de la mal llamada reforma educativa del ex presidente (Enrique) Peña, pero cuando se modifican los artículos 3, 31 y 73 constitucionales en el Congreso nos quedamos sin alcanzar una reforma de fondo, e incluso parte de las nuevas leyes reglamentarias siguen siendo lesivas para el magisterio.

Caímos en un gatopardismo educativo, en el que todo cambia, para que todo siga igual. Se elimina el término de calidad de la educación, pero se incluye el de excelencia educativa. Se habla del reconocimiento a la labor del magisterio, pero se sustituye la Ley del Servicio Profesional Docente por la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (conocida como Ley Usicamm), que ha sido el verdugo de los educadores, pues no sólo mantiene la condición de excepción laboral del magisterio, sino impide garantizar la seguridad en el empleo para miles de compañeros con años de servicio, y tampoco erradicó las prácticas de corrupción.

–¿El mayor desafío está en la agenda laboral y salarial del magisterio?

–El gobierno afirma que se han dado 950 mil basificaciones en este sexenio, y que han entregado 450 mil nuevas asignaciones; es decir, que han contratado a ese número de nuevos educadores, y que otros 214 mil están tocando la puerta para entrar al servicio docente, pero hemos reiterado que aún faltan 300 mil profesores interinos que no saben si los contratarán o no al final de cada ciclo escolar. Y con las nuevas leyes secundarias en materia educativa no sólo se perfeccionó el control sobre el magisterio: se dejó sin un cambio de fondo a toda la estructura educativa.

–¿La educación en México no ha dejado de ser neoliberal?

–No hubo una transformación de fondo. Teóricamente hay un nuevo modelo educativo basado en otras pedagogías, muchas de las cuales compartimos, porque en sus 44 años de historia la CNTE ha trabajado en la construcción y aplicación de un modelo educativo alternativo, pero faltó mucho. Además, la propuesta llegó tarde, de forma improvisada y sin un acompañamiento pedagógico y formativo para los docentes (…) Tampoco ayudó el haber tenido una Secretaría de Educación Pública ausente del debate en temas educativos centrales.

–¿Qué demandas presentarán al presidente López Obrador, de concretarse un nuevo encuentro?

–Hay muchos pendientes. Un tema central es el incremento salarial de emergencia. Demandaremos que vaya directo al concepto de salario base, porque no se puede hablar de una revalorización del magisterio si no mejoran sus condiciones salariales y de trabajo. Tenemos un salario insuficiente que no ha llegado al piso mínimo de los 16 mil pesos mensuales que prometió el presidente López Obrador.

“En el tema de la reforma curricular, no queremos nuevamente una NEM que se imponga de arriba hacia abajo, que no atienda realmente los contextos que enfrentamos en las comunidades escolares y que pretenda homogenizar. La inversión pública para las escuelas y el mobiliario sigue siendo insuficiente, así como la creación de plazas para maestros de especialidad.

“Queremos solución definitiva al tema de los cesados, aún tenemos 163 compañeros en esta condición en el país, así como el cierre de todas las carpetas de investigación contra los maestros procesados por oponerse a la mal llamada reforma educativa.

Tampoco se avanzó de forma sustancial en mejorar los servicios de salud y de especialidad del Issste, lo que nos obliga a recurrir a la medicina privada. No hay un catálogo de enfermedades donde se reconozcan los principales males que afectan a los docentes, y en una profesión altamente feminizada, no hay suficientes guarderías ni se proporcionan más de cinco días para el cuidado de hijos enfermos por ciclo escolar, y sólo para menores de ocho años 11 meses, como máximo.

–¿Habrá un acercamiento con las candidatas a la Presidencia de la República?

–No estamos buscando una reunión con nadie, pero haremos un posicionamiento que incluya, entre otros temas, la exigencia clara de que no se permita al sindicalismo charro usar los recursos del gremio magisterial para garantizar acarreados en los mítines políticos.

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