Ofelia Medina (Mérida, 1950) encarna a una bruja mayor, una instigadora, en una historia singular, gozosa, con mucho humor y cuestionadora
, en la que la liberación femenina y el cómo sanar las heridas patriarcales de un grupo de mujeres se desarrolla en siete intrincados
episodios.
Se trata de La liberación, creada y dirigida por Alejandra Márquez Abella, disponible desde el 17 de enero en Amazon Prime Video. En entrevista con La Jornada, la actriz explica que la serie es una reflexión con humor ácido. Es indescriptible porque está llena de imágenes, significados, así como del trabajo de un equipo muy grande, en el que está en primera instancia el guion hecho por mujeres, en el cual también participan Cassandra Ciangherotti, Ilse Salas y Johanna Murillo, intérpretes y productoras ejecutivas, además de la gran Dolores Heredia
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La charla se desarrolla en su apacible casa al sur de la Ciudad de México, rodeada de plantas, donde entra brillante la luz del sol. Ofelia, con 58 años de trayectoria profesional, contó que durante la pandemia ese grupo de actrices y artistas, que ya habían trabajado en Las niñas bien, pensó en hacer algo juntas, lo que dio paso a La liberación.
“Pero la trama no es sobre feminismo, sino en torno a la liberación, lo cual nos lleva hacia el pasado y a observar a quienes eran consideradas brujas, mujeres libertarias, razón por la cual fueron tan atacadas. En la cacería que hubo en Europa, miles fueron torturadas y quemadas debido a que el patriarcado se sintió amenazado fuertemente.
Pero eran mujeres conocedoras de las hierbas, la salud y estaban en manos de los hombres, hasta en los asuntos ginecológicos; entonces, en su aquelarre, se juraron conspirar contra el patriarcado. Esta serie va del medievo a la década de los ochenta, hasta llegar a la época actual con personajes que están en un pasado imaginario.
Sobre su papel la actriz detalló: Soy la mujer mayor de una aldea medieval y campesina en una época en que los maridos abandonaron a sus parejas para ir a América, en 1492, mientras que sus hijos se convertían en esclavos de una sociedad que necesitaba tener a las mujeres sometidas porque eran la fábrica de esclavos, y ella les dice que por qué tienen que seguir dominadas
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La serie, subrayó Ofelia Medina, es un gran trabajo de dirección, arte, vestuario, maquillaje; es muy estético todo lo realizado
en la producción audiovisual.
En la trama, la representación del patriarcado está a cargo de Diego Boneta, quien de manera metafórica interpreta a un ciego que cambia siete veces de personaje
, mientras José María Yazpic encarna a un personaje que detona –porque en la serie también se retoma el Mee Too– el movimiento en el que las mujeres denunciaron el acoso sexual en el medio cinematográfico y televisivo.
La también directora y dramaturga está convencida de que el machismo ya se murió, pero nadie se los ha dicho y las mujeres no hemos logrado desarrollar una nueva estructura; ahí vamos, en ese trabajo estamos, pero el patriarcado también se transforma
.
La liberación, enfatizó, no sólo es femenina, sino social, en la cual los hombres también podrían liberarse de ese papel que ya los debe traer un poco hartos; no hay una fórmula de no ser macho, no la hemos encontrado, pero estamos en su búsqueda. Y, en ocasiones, somos las mujeres las que lo propiciamos; las madres mexicanas son, muchas veces, hacedoras de machos y hay que luchar contra serlo
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Labor humanitaria
Medina, activista y defensora de derechos humanos, comparte su carrera con las acciones permanentes que realiza el Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México (Fisanim), que tiene sede en San Cristóbal de las Casas, Chiapas desde 1990. “Tenemos talleres y un grupo de mujeres, la mayoría tsotsiles y tseltales. Nuestro equipo, capacitado y bilingüe, fue capacitado en técnicas en nutrición desde hace más de 20 años; trabajamos normalmente con Las Abejas de Acteal, organización a la que le tengo respeto y admiración.
Allá tenemos muchas carencias y dificultades, pero el machismo también se da y la lucha es la misma o peor. Las mujeres de allá son una maravilla, son personas formadas, organizadas y con trabajo cotidiano y comunitario. Todos saben lo que pasa y están de acuerdo en las acciones.
Al respecto, se refirió al libro El camino de la no violencia, el cual se presentó hace unas semanas y es testimonio de hombres y mujeres de la Organización Civil de Las Abejas de Acteal para que nadie se olvide del crimen de Estado
, se lee en la contraportada de la publicación.
La ayuda que proporcionan, subrayó Medina, tiene que ver con un alimento complementario que es necesario ante los miles de desplazados en Chiapas. “Es una batalla, la cual gracias a los donativos y organizaciones tenemos la fórmula de amaranto, maíz y avena, a veces ajonjolí y chía, aunque lo ideal sería el cacao, pero está carísimo…, con esto se hace un polvo para las embarazadas, lactantes y niños menores de 5 años”.
El amaranto, del cual buscan su recuperación, es el alimento mexicano por antonomasia, así como el maíz y el frijol, éste fue exterminado durante la conquista y las autoridades de nutrición, salud y agricultura en el país, no entiendo por qué, lo quieren ignorar
.
Esa lucha contra la desnutrición y el hambre involucra a más de 3 mil personas en situación de desplazamiento interno forzado en Acteal, Chalchihuitán y Aldama, Chiapas.
Ofelia Medina sigue luchando, evidenciando las prioridades nacionales como la alimentación y la salud; asimismo, continúa con una trayectoria luminosa donde además del estreno de La liberación, imparte talleres a actores y directores. Vislumbra seguir presentando el espectáculo En pijama, con poesía erótica y música, y también se puede verla en la serie Ojitos de huevo, en la plataforma de Netflix.