Ciudad de México. Debido al incremento de 1.3 grados centígrados en la temperatura del aire en los últimos 30 años, en la Ciudad de México se deben aplicar medidas de adaptabilidad térmica entre la población, al tener otros fenómenos climáticos locales que recrudecen estos escenarios en el ambiente, como las islas de calor, aseguró el investigador Erik Velasco.

En la conferencia Flujos e islas de calor en la Zona Metropolitana del Valle de México, organizada por la Comisión Ambiental de la Megalópolis, el especialista explicó que el desarrollo de este fenómeno en la capital del país particularmente está relacionado con el cambio climático y no con la contaminación antropogénica, la sobrepoblación o la expansión urbana, como apuntan algunas investigaciones.

Destacó que el calor se convierte en un problema de salud pública por generar, especialmente en niños, embarazadas y personas mayores, al provocar malestares físicos, incrementar las enfermedades (como cardiacas, renales o intestinales), agudizar las plagas o descomponer los alimentos. Además, señaló que afecta en la productividad social, principalmente la económica, porque detiene las actividades, afecta al personal y existen muy pocas zonas de trabajo acondicionadas, como las oficinas.

Explicó que la isla de calor urbana establece una diferencia entre las temperaturas del aire, superficie o subsuperficiales de un área urbana en comparación con zonas rurales próximas. Aseguró que estos fenómenos también benefician a las ciudades, especialmente en las noches, al crear condiciones atmosféricas que ayudan a la estabilización de las temperaturas o a la disipación de contaminantes.

Al reconocer que los termómetros continuarán con su incremento a consecuencia del cambio climático, urgió al desarrollo de medidas de adaptación basadas en la temperatura, humedad y ventilación. Apuntó que actualmente existen alternativas basadas en la ciencia, como la reforestación, el desarrolló de grandes parques naturales, el uso de materiales especiales en la construcción o los muros verdes, entre otras, con la finalidad de disminuir las temperaturas.

Ante este escenario, llamó a las autoridades a destinar más medidas públicas o recursos para los estudios científicos, como la instalación de postes de monitoreo, debido a que en la Ciudad de México u otras zonas urbanizadas del Valle de México carecer de este tipo de investigaciones, entre ellos el no contar con un mapa que detecte los puntos más críticos de las islas de calor. 

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