En Colombia, la violencia en el futbol no es un tema que se tome a la ligera. El especialista Fernando Segura señaló que el veto de tres años que las autoridades de Medellín pretenden imponer al mexicano Efraín Juárez, técnico del Atlético Nacional y quien enfrenta una investigación por provocar a la afición rival en un duelo ante el Deportivo Independiente (DIM), pareciera exagerada, pero en realidad refleja la preocupación por el ambiente hostil en las canchas del país cafetalero.

“En el clásico de Medellín de hace un año hubo dos muertos, desde entonces los partidos entre el Atlético y el Deportivo se juegan sin afición visitante.

Ya con este contexto hay un clima hostil, y ahora Efraín dice que sólo festejó la victoria, pero hacerlo de esa manera no fue una cele-bración eufórica, sino una provocación, apuntó Segura, sociólogo en el deporte y profesor de cátedra del Tec de Monterrey en Querétaro.”

Juárez desató polémica después de festejar de manera exultante frente a las gradas del rival, el triunfo del Atlético Nacional ante el DIM en las semifinales de la Copa de Colombia. Las autoridades detuvieron al tricolor e incluso pretenden imponerle una sanción de tres años sin poder pisar los estadios del país sudamericano y una multa de 120 mil pesos mexicanos.

Los colombianos saben muy bien cómo son las cosas respecto de la violencia en el futbol, han tenido problemas, tratan de poner sanción dura a propósito, indi-có Segura, quien ha hecho trabajo de campo en el país cafetalero.

Debido a los episodios de violencia que han marcado el balompié e incluso la infiltración de grupos paramilitares y del narcotráfico, las autoridades de Colombia, así como organizaciones no gubernamentales han realizado acuerdos por la paz para evitar las agresio-nes en el deporte.

Sin embargo, desde la perspectiva de Segura, la actitud de Juárez rompe con los acuerdos de paz, pues aun cuando el técnico afirma que no tenía la intención de agredir o provocar a los aficionados, no puede ignorar el contexto social del llamado clásico de Medellín. Lo que hizo Efraín no ayuda en nada. Debía saber que la situación era tensa, sostuvo.

Las autoridades están temerosas y cualquier detalle rompe con el equilibrio. En Colombia hay una unidad especializada con cámaras de alta definición con las cua-les analizaron los gestos y actitud de Juárez. Como entrenador, él debe poner el ejemplo y ser conscien-te del contexto, dijo.

La sanción ha generado diversas reacciones e incluso el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, la consideró absurda, mientras el Atlético Nacional respaldó a Juárez.

No obstante, Segura consideró que las autoridades colombianas no serán indulgentes ante esta situación; y si bien es probable que reduzcan la pena, buscarán un castigo severo.

Muchos piensan que están atacando al Atlético o a Efraín como mexicano, pero es cuando entran los contextos. Al final, este tipo de episodios por más desagradables que sean sirven para acomodar cosas y muchas veces como ejemplo.

Por ahora, la Liga Dimayor castigó a Juárez con dos fechas de suspensión y una multa de 2 millones 600 mil pesos colombianos (12 mil pesos mexicanos) por hacer gestos de provocación frente a la afición rival en la semifinal de la Copa Colombiana tras ganar ante el DIM.

Además, lo multó con 866 mil pesos colombianos (4 mil 33 pesos mexicanos) y dos partidos de suspensión por emplear lenguaje ofensivo y provocar al rival celebrando un gol en el encuentro ante Santa Fe correspondiente a la primera fecha de cuadrangulares de las semifinales de la Liga Dimayor. No obstante, el Atlético Nacional interpuso una apelación.

Ambas sanciones sólo son deportivas, por lo que aún se espera la resolución por parte de la policía de Medellín.

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