Moscú. Mientras las autoridades rusas siguen insistiendo en que detrás de los “islamitas radicales”, que cometieron la matanza del viernes anterior en una sala de conciertos de Moscú, está “el régimen neonazi de Ucrania”, este martes el director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso), Aleksandr Bortnikov, dio a entender que también podrían estar Estados Unidos y Gran Bretaña.

A pregunta expresa de un medio ruso acerca de si Washington, Londres y Kiev utilizaron de alguna manera, prepararon o financiaron a los sicarios y sus cómplices, todos ciudadanos tayikos que vivían en Rusia como trabajadores inmigrantes, Bortnikov respondió: “Creemos que es así. En cualquier caso, ahora estamos hablando de la información objetiva que tenemos. Se trata de información de carácter general, pero no hay que olvidar que ellos también tienen muchos recursos”.

Correspondió a Bortnikov exponer la versión oficial que difunde el Kremlin, avalada el lunes por el presidente Vladimir Putin al celebrar una video conferencia con los encargados de la investigación del atentado, transmitida por la televisión pública, cuando afirmó: “Sabemos quién lo ejecutó (el atentado), ahora no pararemos hasta saber quién lo organizó”.

Putin mismo anticipó la respuesta: “Esta atrocidad sólo puede ser un eslabón más de los intentos de todos aquellos que han estado en guerra con nuestro país desde 2014 a través del régimen neonazi de Kiev”.

Entrevistado por la prensa oficialista al salir de una reunión del mandatario ruso con la plana mayor de la fiscalía general, a la que asistieron los jefes de las dependencias del área de seguridad del Estado, Bortnikov admitió que “todavía no se ha identificado al autor intelectual (del atentado)”, pero agregó que “los miserables (atacantes) tenían la intención de huir a otro país. Concretamente al territorio de Ucrania. Según la información en nuestro poder, preliminar, operativa, les estaban esperando ahí”.

El director del organismo sucesor del KGB soviético aseguró que “tenemos conocimiento de que Ucrania formó y preparó grupos de islamitas radicales en Medio Oriente” y opinó que es necesario declarar “organización terrorista” el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, por sus siglas en ucranio).

“Es indispensable hacerlo, desde luego que sí. Creo que es la base no sólo para considerar, sino para tomar las decisiones pertinentes”, afirmó y advirtió: “Habrá, sin duda, medidas de represalia. Se está trabajando en ello. Todos los que tengan algo que ver con ello (el atentado), sin tener en cuenta incluso cuánto tiempo hace que ocurrió, serán encontrados y castigados. Que no lo duden”.

A insistencia de los reporteros, Bortnikov confirmó que los dirigentes de los servicios secretos de Ucrania, y en especial Kiril Budanov, director de la inteligencia militar de ese país, son “un objetivo legítimo” en el sentido de matarlos. 

Cualquier individuo que cometa crímenes contra Rusia y los ciudadanos rusos es un objetivo legítimo, todo se va a aclarar”, subrayó.

El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, al salir de la mencionada reunión en la fiscalía general, reforzó la explicación de Bortnikov al responder a una sola pregunta, “¿Fue el Estado Islámico o Ucrania?”, lanzada por un reportero: “Claro que fue Ucrania”, respondió mientras salía a toda prisa.

Aunque el director del FSB reconoció que persiste la amenaza de “atentados terroristas” en el territorio de Rusia, el canciller Serguei Lavrov, en la rueda de prensa al término de su plática con su homólogo de Namibia, rechazó este martes el ofrecimiento de ayuda por parte de Estados Unidos y sus aliados para esclarecer el atentado del viernes.

Estoy seguro –manifestó el ministro ruso de Relaciones Exteriores acorde con la versión del Kremlin respecto a lo ocurrido el viernes en Moscú– de que podremos llevar a cabo esta investigación nosotros mismos; por otro lado, no creo que necesitemos una ayuda (de Occidente) que claramente se convertiría en una muestra de doble rasero y muy probablemente promovería la teoría muy útil para Estados Unidos y sus aliados de que (el atentado) lo perpetró el Estado Islámico, mientras que Ucrania nada tuvo que ver con lo sucedido”.

Y sin ser tal vez ese su propósito, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, puso en evidencia a su colega ruso y aliado, Vladimir Putin, al decir este martes que el plan original de los atacantes era huir a Bielorrusia y no a Ucrania, como insiste en señalar el Kremlin.

Pusimos a nuestras fuerzas en acción. No podían de ninguna manera entrar a Bielorrusia. Se dieron cuenta de esto y dieron media vuelta, dirigiéndose entonces hacia la frontera entre Rusia y Ucrania”, declaró Lukashenko, de acuerdo con un cable de Belta, la agencia oficial de noticias de Minsk.

 

 

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