Ciudad de México. El gobierno de Estados Unidos revisará los efectos económicos que tendría imponer aranceles de 25 por ciento a las importaciones procedentes de México y Canadá, lo cual retrasaría la puesta en marcha de esta decisión hasta el 1 de abril, de acuerdo con un reporte difundido hoy por la calificadora Moody’s.
El presidente Donald Trump ha manifestado su intención de aplicar los aranceles a partir del 1 de febrero próximo, sin embargo, analizar las repercusiones abriría un espacio para hacer negociaciones.
“Los posibles aranceles estadunidenses a las importaciones de México y las correspondientes medidas de represalia afectarían cerca de 740 mil millones de dólares en flujos comerciales”, estimó Moody’s.
Recordó que desde el 2023, las exportaciones de México a Estados Unidos representan alrededor de 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) de México, mientras que las exportaciones estadunidenses a México son de alrededor de 1.2 por ciento del PIB de Estados Unidos.
“No está claro si los aranceles propuestos se implementarán. Pueden formar la base de negociaciones que conduzcan a exenciones en términos concesionales, o usarse como una táctica de negociación antes de la próxima revisión del acuerdo T-MEC”, dijo Moody´s.
“También es posible que algunos o la mayoría de los aranceles sean de corta duración o no se implementen en absoluto”, planteó.
Agregó que el efecto de cualquier arancel o represalia se extendería a las cifras del comercio directo entre los Estados Unidos y México debido a los insumos intermedios para el ensamblaje y el procesamiento, que se transfieren dentro de las industrias manufacturera, automotriz y tecnológica de ambos países.
La institución financiera declaró que los efectos serían menos pronunciados en el comercio minorista, que tiene un enfoque más interno.
“La imposición de aranceles también conduciría a la depreciación del peso, con un efecto de transmisión a la inflación en México, lo que limitaría el margen para la flexibilización monetaria”, advirtió Moody’s.
“A su vez surgirían presiones inflacionarias si México respondiera imponiendo sus propios aranceles a las importaciones estadunidenses”, mencionó.
Aseguró que esta dinámica complicaría los esfuerzos de México por reducir el déficit fiscal y agregaría presión al perfil crediticio soberano.
No obstante, un peso más débil podría beneficiar al sector turístico de México, haciéndolo más atractivo para los turistas estadunidenses, quienes generaron cerca del 69 por ciento de los ingresos por turismo internacional de México en 2023.
Sin embargo, es poco probable que esto compense el efecto negativo en los otros sectores.
Donald Trump amenazó en 2019, durante su primer mandato en Estados Unidos, con aplicar un arancel del 5 por ciento a todas las importaciones mexicanas a menos que México aborde la creciente inmigración centroamericana.
El país aceptó el programa Quédate en México, que obligó a los solicitantes de asilo de otras naciones a permanecer en México hasta que lograran una entrevista con el área de migración de Estados Unidos. Como resultado, los aranceles no se impusieron.
“Para México, los efectos a corto plazo de los aranceles serían de amplio alcance, tanto a nivel macroeconómico como sectorial, dado que más del 80 por ciento de sus exportaciones se destinan a Estados Unidos”, concluyó la firma.