Guadalajara, Jal. En entrevista con La Jornada, Margarita Bermúdez, viuda de José Agustín, y Andrés Ramírez, hijo de ambos, revelan que están trabajando en las libretas donde el escritor escribía sus sueños. Con ese material preparan un libro, a publicarse el próximo año.

“Siento que todavía estamos redescubriendo la obra de mi marido. Lo leímos hace muchos años, o lo que sea, pero ahora vuelves a decir: ‘¡Ay, qué bárbaro, cómo es posible tanta generosidad de él!’ Se volcaba en lo que hacía. Mis hijos y yo estamos muy sorprendidos”, añadió Bermúdez.

Andrés Ramírez explicó que su padre consignó lo que soñaba a partir de que estuvo en la cárcel, y que fue la poeta Elsa Cross quien le recomendó escribirlos. De ahí salió la novela Cerca del fuego. “Un día estábamos en Estados Unidos, en Albuquerque, fuimos a un centro comercial. Mi padre se quedó en el coche. Cuando regresamos estaba dibujando. Era un pájaro. Nos dijo ‘Tuve un sueño con el ave fénix. Es esta ave que muere y renace’. Ese dibujo aparece en un cuento que está en No hay censura, con una historia inspirada en él”.

Es por ello que esos apuntes, continuó, tienen un valor, sentimental, por supuesto, pero también literario. A él le interesó mucho el mundo onírico, en especial a partir de leer a Carl Gustav Jung. Estamos trabajando un libro con una selección de esos sueños, que esperemos salga en 2025 o 2026. No tenemos prisa, la verdad. Son cosas que hay que dejar madurar.

Margarita dijo que su lectura de Jung lo enriqueció mucho. Y es un descubrimiento realmente muy notable. Era muy importante para él. Todo eso de comprender a las otras religiones, de India, de China, y todo eso. Eso lo enriqueció mucho. Fue muy vital para él apuntar esos sueños.

La tumba, 60 años

Ayer por la noche se realizó en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara el Homenaje a José Agustín: De La tumba al infinito, con la participación de Margarita Bermúdez y de Andrés Ramírez, así como de los poetas Ricardo Castillo y José Eugenio Sánchez.

En torno a la edición conmemorativa por 60 años del lanzamiento de La tumba (con el sello Alfaguara), Bermúdez recordó que cuando conoció a José Agustín ya tenía el cuento Tedio, que luego se convirtió en esa novela.

“Desde entonces él ya estaba muy contento de escribir. Hizo la prepa y luego dijo: ‘lo que quiero es escribir, para qué voy a hacer la universidad’. Se metió al taller de Juan José Arreola. Lo acompañé, como su ángel de la guarda. Estuvo padrísimo todo eso; ahí conocimos a muchísimos autores. El taller fue decisivo para él.”

Recordó que entonces su esposo le comentaba libros y lo que estaba haciendo; “era tanta la emoción, nos estaba comunicando unas sensaciones muy fuertes, que nosotros también teníamos que trabajar, porque qué cosas íbamos a hacer con un señor tan tremendo, vital, simpático y sui generis. Siempre me dio a leer sus originales”.

 

De su lectura de La tumba, Bermúdez expresó: Quedé muy sorprendida. Ya me daba cuenta de su talento nada más de escucharlo. Te dabas cuenta de que era un ser excepcional. Era muy inteligente, captaba todo eso de la literatura. Interiormente estaba transformando todas las inquietudes de esa generación y le salía lo que quería decir.

En la entrevista, antes del homenaje, añadió que José Agustín se manifestará en esa ceremonia al menos en mi corazón, otra vez, como cuando el volcán Popocatépetl se hace presente cuando se le dirige algún tributo.

Por su parte, Andrés Ramírez anticipó que la conmemoración sería muy divertida, relajienta y poética, pues los otros dos participantes, José Eugenio Sánchez y Ricardo Castillo son poetas de Guadalajara, amigos muy cercanos de mi papá. Ambos son muy roqueros y desmadrosos. Creo que habrá anécdotas. A él le gustaba mucho Guadalajara y esta feria; será muy bueno que regrese en estas circunstancias.

Una narración viva

El editor informó que aún se pudo hablar con José Agustín sobre la edición conmemorativa de La tumba.Se nos ocurrió que estaría bien que sus lectores conocieran a José Agustín a partir de los testimonios de la gente que lo conoció y que lo vio justo en la época en la que estaba escribiendo.

Entre ellos están Bermúdez; Alejandro e Hilda Ramírez, hermanos del autor; la poeta Elsa Cross, que estuvo en el taller literario de Juan José Arreola con él; Leticia Araujo, una amiga de la preparatoria y un par de escritores, “para dar también esa perspectiva de cómo ven este libro y la obra de José Agustín a la luz de todo lo que ha pasado.

Brenda Navarro, una escritora que está teniendo mucho éxito con un par de libros excepcionales, hizo el prólogo para que las nuevas generaciones se adentren en este libro, si bien es una novela que nunca dejó de estar en librerías, hay una nueva generación de muchachos que tienen otros interlocutores.

Reconoció que esta narración siempre ha estado muy viva para los jóvenes, porque, aunque las encrucijadas que viven son dramáticamente distintas, el protagonista, Gabriel Guía, no sabe muy bien qué hacer con su vida, siente que el mundo es asfixiante. Eso sigue siendo igual, a pesar de que hay muchas cosas distintas. Esa asfixia, rebeldía y tratar de encontrar algo distinto está muy presente.

El editor e hijo del narrador concluyó: “la salida del libro conmemorativo de La tumba es una buena oportunidad para que lectores que no conozcan la obra de José Agustín se adentren en ella, que además del texto conozcan otras cosas que los van a ayudar a entender su papel en la literatura y la fuerza de su obra. No se van a decepcionar.

Su vitalidad y la fuerza de la manera tan original en que vivió su vida también pueden ser un estímulo para gente joven que no está contenta y quiere un mundo y un México mejores. Ese germen de rebeldía y de crítica necesita estar presente. Él es un buen ejemplo para ellos.

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