Moscú. El enviado del Kremlin para inversiones y cooperación económica, Kiril Dmitriev, regresó satisfecho de su reciente visita a Washington, pero en el balance que hizo este domingo de las entrevistas que sostuvo, el 3 y el 4 de abril, no mencionó ningún avance concreto, más allá de anunciar que “el siguiente contacto será dentro de unos días”, sin precisar si se trata de un encuentro presencial o de una conversación telefónica.

Dmitriev, en una entrevista al canal de la televisión pública Pervy kanal (canal Primero), resumió así los resultados de la misión que le encomendó el presidente Vladimir Putin: “Las entrevistas (que sostuvo) mostraron la disposición (de rusos y estadunidenses) de restablecer un diálogo directo, que permita superar las diferencias y solucionar importantes temas geopolíticos”.

Agregó: “Vemos (la parte rusa) el comienzo de un diálogo positivo, respetuoso. Creo que nuestros colegas en Estados Unidos entienden que hay que restablecer el diálogo con Rusia y que Rusia pudo resistir el intento de infligirle la derrota estratégica que emprendió la administración del presidente Joe Biden”.

Para Dmitriev, el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, “a diferencia de su antecesor, escucha la posición de Rusia y comprende sus preocupaciones”, así como “busca soluciones a los problemas”.

El también presidente del Fondo de Inversiones Directas de Rusia mantuvo conversaciones con el secretario de Estado, Marco Rubio, y con el emisario especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, entre otros funcionarios estadunidenses. Trascendió que en sus conversaciones puso el acento en los beneficios que daría instrumentar proyectos conjuntos en materia de metales raros, de asimilación del Ártico y de cooperación en otros campos. 

“Pude percibir un gran interés de las empresas estadunidenses por volver al mercado ruso y que quieren ocupar los nichos que dejaron vacíos las empresas europeas”, reveló a un grupo de corresponsales rusos al término de su visita.

Afirmó también que la embajada rusa en Washington y la cancillería “están trabajando en una gran cantidad de asuntos relevantes, entre ellos algunos que pueden representar facilidades prácticas para los rusos”. Mencionó como ejemplo que se está promoviendo restablecer las comunicaciones aéreas directas entre Rusia y Estados Unidos. “Confiamos en poder avanzar pronto en esta cuestión”, dijo Dmitriev.

Durante su estancia en la capital de Estados Unidos, el Kremlin apenas difundió información sobre las gestiones del enviado de Putin y, en una ocasión, el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, incluso tuvo que enmendarle la plana, después de que Dmitriev señaló, en el contexto de la demanda rusa de que Ucrania nunca forme parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que Rusia “no excluye ofrecer algunas garantías de seguridad a Ucrania”.

Peskov subrayó que “la cuestión de las garantías de seguridad es un asunto muy complejo y ni siquiera se está considerando en este momento”.

Da la impresión, opinan analistas, que el protagonismo que esta adquiriendo Dmitriev, con el respaldo personal de Putin, no es del agrado del canciller Serguei Lavrov y del asesor de política exterior de la presidencia rusa, Yuri Ushakov, quienes aspiran a encabezar la negociación con Estados Unidos.

Al menos no hay estrecha coordinación entre los tres, pues el optimismo de Dmitriev contrasta con las declaraciones del viceministro de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, muy cercano a Lavrov, que hace unos días criticó por primera vez a la administración Trump por no considerar las preocupaciones de Rusia.

“Nos tomamos muy en serio los modelos y soluciones propuestos por los estadunidenses, pero tampoco podemos aceptar todo esto, tal como está. (…) Todo lo que existe es un intento de encontrar algún tipo de plan que permita primero un alto el fuego, tal como lo imaginan los estadunidenses”, declaró Riabkov a la revista rusa Mezhdunarodnaya Zhisn (Vida Internacional).

Y añadió: “Por lo que podemos juzgar, no hay lugar para nuestra principal demanda que es la solución de los problemas vinculados con las causas originarias del conflicto. Esto es algo que falta por completo (en la iniciativa de EU) y que es necesario cambiar”.

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