Tras un 2023 catastrófico para la producción de frijol –que de acuerdo con datos oficiales cayó a mínimos históricos– y un inicio de 2024 complicado por las fuertes sequías, datos preliminares del sector privado indican que la cosecha de este alimento básico para las familias mexicanas cerró 2024 con un importante repunte, aunque aún bastante lejos de un nivel que garantice la autosuficiencia.

En 2023, según información del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la producción de frijol en México cerró en 724 mil toneladas, lo que representó una caída de 25 por ciento frente a las 965 mil toneladas reportadas en 2022 y un desplome de 44 por ciento respecto al millón 289 mil toneladas de 2021.

El principal motivo detrás de este desplome es la fuerte sequía que enfrentó el país el año pasado. Datos de la Comisión Nacional del Agua señalan que las lluvias a escala nacional acumuladas de enero-julio promediaron 240.6 milímetros, el nivel más bajo de los últimos 10 años. Dichas condiciones permanecieron durante la primera mitad de 2024.

El 2023 fue un año catastrófico para nosotros los productores debido a la falta de lluvia, con trabajo logramos guardar semilla para volver a sembrar, dijo Hernán Hernández, presidente del Sistema Producto Frijol en Chihuahua, uno de los estados más importantes en la producción de este alimento que se cultiva en territorio mexicano desde hace más de 8 mil años.

Para el segundo semestre de 2024 las condiciones para la cosecha de este producto mejoraron un poco, al grado que el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) prevé terminen el año en 856 mil toneladas, lo que representará un incremento de 18 por ciento en comparación con las 724 mil toneladas de 2023.

No obstante, de acuerdo con cifras del SIAP, la producción de frijol en México aún está lejos del millón 289 mil toneladas que se cosecharon en 2021 y, más aún, del récord histórico de un millón 549 mil toneladas que se reportó en 2002.

Del total de la producción nacional, alrededor de tres cuartas partes se obtiene de nueve entidades: Zacatecas, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Nayarit, San Luis Potosí, Guanajuato, Chiapas y Veracruz. Cerca de 85 por ciento de la superficie de frijol se siembra en julio y las principales variedades cultivadas son negros, pintos y azufrados.

En promedio, el consumo nacional de frijol ronda el millón de toneladas, lo que significa que en los últimos años México ha dejado de ser autosuficiente, teniendo que importar de países como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Guatemala, China y España, alrededor de una cuarta parte de lo que demanda la población.

Lo anterior ha provocado importaciones récord, por ejemplo, en 2023, México adquirió 313 mil toneladas, por un valor de 369 millones de dólares, un incremento de 230 por ciento respecto a los niveles de 2022. Hasta octubre de 2024, según el GCMA, las compras de frijol al extranjero mostraban un crecimiento de 65 por ciento en volumen y de 82 por ciento en valor.

Otro revés para la producción de frijol en México es la disminución en el consumo de las familias.

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