Ciudad de México. En el 2023, los países en desarrollo registraron la cifra récord de 1.4 billones de dólares en el pago de servicio de su deuda externa, y los costos de los intereses llegaron al nivel más alto de los últimos 20 años, según la última edición del International Debt Report (Informe sobre la deuda internacional) del Banco Mundial.

“En los países pobres muy endeudados, los bancos multilaterales de desarrollo actúan ahora como prestamistas de última instancia, una función para la que no fueron diseñados. Eso es reflejo de un sistema de financiamiento defectuoso: salvo por los fondos del Banco Mundial y otras instituciones multilaterales, el dinero está saliendo de las economías pobres, cuando debería estar entrando”, manifestó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial. 

En el informe, el analista expuso que las instituciones multilaterales se han convertido en la última fuente de ayuda vital para las economías pobres que luchan por equilibrar los pagos de la deuda con el gasto en salud, educación y otras prioridades clave para el desarrollo. 

Los pagos de los intereses aumentaron casi un tercio hasta alcanzar 406 mil millones de dólares, lo que redujo los presupuestos de muchos países para áreas críticas como salud, educación y medio ambiente.

La presión financiera fue más intensa en los países más pobres y vulnerables, es decir, aquellos que reúnen los requisitos para recibir financiamiento de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), institución forma parte del Banco Mundial. 

En 2023, los países en desarrollo pagaron un monto sin precedentes de 96 mil 200 millones de dólares para cubrir el servicio de su deuda. 

Si bien los reembolsos del capital disminuyeron casi 8 por ciento hasta los 61 mil 600 millones de dólares, los costos de los intereses se elevaron a un máximo histórico de 34 mil 600 millones de dólares en 2023, cuatro veces el valor que tenían hace una década. 

“En promedio, los pagos de intereses de los países clientes de la AIF equivalen ahora a casi el 6 por ciento de sus ingresos de exportación, un nivel que no se registraba desde 1999”, mencionó el Banco Mundial en el comunicado. 

A medida que las condiciones crediticias se endurecieron, este organismo y otras instituciones multilaterales se convirtieron en la principal fuente de asistencia de las economías más pobres, ya que aportaron en 2022 y 2023 casi 51 mil millones de dólares más de lo que recaudaron en pagos del servicio de la deuda.

Un tercio de ese monto (28 mil 100 millones de dólares) correspondió al Banco Mundial.

El informe menciona que la pandemia de COVID-19 incrementó drásticamente la carga de la deuda de todos los países en desarrollo, y que el posterior aumento de las tasas de interés mundiales ha dificultado la recuperación de muchos de ellos. 

A finales de 2023, el total de la deuda externa de todos los países de ingreso bajo y mediano ascendía a la cifra sin precedentes de 8.8 billones de dólares, lo que supone un aumento del 8 por ciento respecto de 2020. 

Las tasas de interés de los acreedores oficiales se duplicaron hasta superar el nivel de 4 por ciento, mientras que los réditos de los acreedores privados subieron más de un punto y alcanzaron el 6 por ciento, el valor más alto en 15 años.

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