Brasilia. El esquema para asesinar a Luiz Inácio Lula da Silva, revelado por la Policía Federal (PF) en noviembre, obligó a organizar un fuerte esquema de seguridad alrededor del presidente brasileño, quien aún hoy permanece hospitalizado.

Según la estación televisiva CNN Brasil, la PF informó que uno de los planes era aprovechar frecuentes visitas de Lula a hospitales para matarlo por envenenamiento o uso de productos químicos que causarían colapso orgánico.

Desde el lunes, el gobernante está ingresado en el hospital Sirio-Libanés, en el estado de Sao Paulo.

La preocupación tiene relación con el propósito de crimen elaborado por miembros del grupo militar Kids pretos (Niños negros), comando élite de operaciones especiales que recibe entrenamiento calificado en acciones de sabotaje e incitación a la insurgencia popular.

 

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