Ciudad de México. La reforma que deja el control de la Guardia Nacional (GN) en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) “va en la ruta correcta para alcanzar la pacificación del territorio nacional”, advirtió desde la tribuna del Senado, la presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos de esa cámara, Citlalli Hernández, al iniciar el debate de esa modificación a la Carta Magna, que se espera concluirá esta madrugada.

La senadora de Morena insistió en que es indispensable contar con una institución profesional, disciplinada, como la GN, frente al complejo escenario sobre seguridad que enfrenta México, mientras que la oposición, que, de entrada presentó dos mociones de suspensión del debate – que fueron rechazados por Morena y sus aliados – y 14 votos particulares insistió en que se avanza en la militarización del país, al pasar a las fuerzas armadas las tareas de combate a la inseguridad.

Pese a las protestas de la oposición, que demandó pasar el debate para este miércoles, el grupo mayoritario determinó dar celeridad a esa reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre todo después de que familiares de los normalistas desaparecidos de Ayortzinapa lanzaron cohetones a la sede de Reforma e Insurgentes.

El dictamen de las Comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos se presentó en primera lectura en la primera sesión de ayer, que inició al mediodía, y fue cerca de las diez de la noche en que, en una tercera sesión expresamente convocada para ello, comenzó la discusión de esa modificación a once artículos de la ley suprema del país.

La presidenta de la Comisión de Puntos Legislativos, la Morenista Citlalli Hernández, rechazó que se avance la militarización del país, como lo sostienen los opositores.. “Vale la pena decirlo claro y fuerte, esta reforma no vulnera ni limita derechos fundamentales del pueblo”.

La senadora Hernández resaltó que la reforma define a la GN “como una fuerza de seguridad pública profesional, permanente, de origen y formación castrense, con formación policial”.

Insistió: La GN pasa a la adscripción de la Sedena, con mecanismo de supervisión y coordinación entre los distintos niveles de gobierno, “ que garantizan una dirección de carácter civil, en última instancia”.

Se podrá garantizar, recalcó, “ la supervisión puntual del desempeño de la GN en seguridad pública y “ establecer una coordinación precisa entre distintas instituciones de seguridad en beneficio de la sociedad”.

La senadora Hernández explicó que la GN actuará bajo la conducción del ministerio público en la investigación de los delitos. “Esto es crucial dado que la Guardia Nacional tiene un alcance nacional y la capacidad operativa para hacer frente al crimen organizado y a otras formas de violencia que afectan a diversas regiones del país”.

En tanto, al presentar un voto particular en contra de la reforma, el panista Ricardo Anaya sostuvo que la estrategia de “militarizar la seguridad pública” ha sido un absoluto fracaso desde hace varios sexenios. Consideró que, aunque la tarea militar y la policial tienen elementos en común, son diametralmente diferentes porque “el buen soldado está entrenado para obedecer sin cuestionar la orden”, mientras que “el buen policía está obligado a validar la legalidad de la orden”.

El panista señaló que en el país se cometen al año 31 millones de delitos, de los cuales los homicidios representan menos del 1 por ciento, en tanto, “los robos en transporte público no se van a resolver con tanquetas, sino con policía civil bien capacitada y bien pagada, y con investigación”.

Con la reforma, dijo, la GN ya no estará conformada el 70 por ciento de personal civil. “Ya que el dictamen establece que la Guardia Nacional estará integrada por personal militar, el 100 por ciento será personal militar”, agregó el queretano. “No nos oponemos por necesidad, sino porque no funciona para pacificar el país”, recalcó.

Por su parte, el senador Marko Cortés reprochó que la oposición dio su aval para la creación de la GN porque se estableció como requisito principal que ésta tendría un mando civil, y que las fuerzas armadas tendrían una temporalidad en su participación. “Nunca vimos ninguna acción para hacer una GN civil, sino todo lo contrario”, aseveró el también dirigente nacional de Acción Nacional.

Falta aún que cada grupo parlamentario fije su postura y luego entrar a la discusión en los general y lo particular.

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