Más de 200 bordadoras de pueblos originarios de Yucatán recibirán los certificados que las acreditan como transmisoras de los saberes culturales que son patrimonio y base de la organización comunitaria en la región.

La entrega de los documentos se realizará este día 3 de diciembre en la zona arqueológica de Uxmal, en el marco del 28 Aniversario de su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y estará a cargo del gobernador del estado de Yucatán, Joaquín Díaz Mena.

El acto reconoce el valor que el bordado maya tiene como arte y práctica comunitaria a nivel regional y que conjunta la mayor diversidad de técnicas de hilado en el país con 34 específicas y un número similar de variantes, del total de las casi 300 puntadas conocidas en México.

Además, permitirá a las bordadoras y portadoras de los textiles expresar en su propia voz ante las autoridades estatales y federales la necesidad de establecer medidas y acciones específicas para salvaguardar la actividad, como las que ellas ya realizan a través del Consejo de Bordadoras del estado de Yucatán.

Esta certificación es una medida que deriva del proyecto Desarrollo Económico y Social con Perspectiva de Género sobre el bordado maya yucateco, cuyo objetivo es fortalecer el desarrollo de esa actividad que da identidad a la región y ha sido declarada como Patrimonio Intangible de Yucatán –marzo, 2024- a través de un Plan de Salvaguardia que favorezca su revitalización y protección a través de políticas culturales, educativas, económicas y sociales para asegurar su viabilidad no solo como artesanía sino como parte imprescindible de la vida comunitaria.

Dicho proyecto fue realizado de forma coordinada entre el gobierno estatal, a través de la Secretaría de la Cultura y las Artes, la Unesco y la Fundación Banorte, guiado por las propias bordadoras quienes fueron tejiendo el camino del plan para abrazar y proteger su actividad.

El programa contó con la participación de especialistas como Fidencio Briceño Chel, lingüista y antropólogo, y María Elisa Chavarrea Chim, antropóloga y poeta, ambos de origen maya y especialistas en la investigación sobre su comunidad, así como con la experiencia de Silvia Terán y Contreras, también antropóloga, dedicada al estudio del bordado y el arte de los pueblos originarios mayas.

Se involucró a artesanas de 12 municipios representativos con base en tres ejes temáticos: Patrimonio Cultural Intangible, Modelo de negocios y finanzas, y Masculinidades, a través de un diagnóstico de la práctica y la identificación del intercambio de saberes, con el objetivo de llegar a elaborar del Plan de Salvaguardia del bordado maya yucateco.

Se realizaron 36 talleres de diagnóstico y otros tres regionales, un encuentro estatal, 85 sesiones de trabajo, con un total de 320 bordadoras asistentes. Este ejercicio permitió sentar la base del citado Plan a partir de medidas específicas, de las cuales 168 fueron definidas por las mujeres participantes.

El Plan de Salvaguardia del bordado maya yucateco es un instrumento único en este ámbito que permite elaborar una hoja de ruta definida por las propias bordadoras, lo que implica una forma diferente de elaborar políticas públicas basándose en una escucha directa, sin imposiciones, que privilegia la acción participativa del pueblo maya de Yucatán.

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