La puesta en escena Kodokushi: la muerte en aislamiento ofrecerá este fin de semana cuatro funciones gratuitas en un lugar poco convencional: el estacionamiento del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

El término kodokushi, de origen japonés, alude a personas que fallecen en aislamiento sin que nadie lo note hasta días, semanas, o incluso meses después. Se trata de una manifestación cada vez más común en sociedades modernas, que no distingue edades, aunque afecta de manera desproporcionada a los ancianos y a personas con neurodivergencias o en situación de vulnerabilidad.

La obra es resultado de un proceso creativo que involucró a estudiantes de actuación de CasAzul (generación 2022-2024) con la guía de Cecilia Ramírez (su directora), quien, junto al dramaturgo Enrique Olmos de Hita, construyó un texto humano y provocador.

“No pretendemos que sea un panfleto, sino una reflexión. Queremos que los espectadores salgan y le marquen a sus abuelos, a sus padres, o a esa amiga que lleva meses sin responder mensajes”, explicó Ramírez Romo (Torreón, 1982) en entrevista con La Jornada.

La obra también integra multimedia en forma de un falso documental, en la que se narra la historia de Katia, joven que encuentra el cuerpo de su abuela días después de perder contacto con ella. De manera simultánea, personajes vestidos con trajes blancos transitan el espacio y evocan la sanitización pospandemia y la labor de quienes limpian estos apartamentos.

El diseño sonoro y la música también juegan un papel crucial. Aunque la puesta en escena no cuenta con música en vivo, incluye un diseño auditivo cuidadosamente elaborado y una canción interpretada a capela por el elenco, que subray

 

 

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