Pedro Infante en el cine Curto, personajes y leyendas de un Centro Histórico que renació, es el título del libro que se presentó hace un par de días en la ciudad de Mexicali, donde el centro histórico de esa ciudad y el ídolo son los temas centrales mediante una serie de relatos, crónicas y leyendas urbanas que recrean la bitácora de viaje de una de las ciudades más entrañables de nuestro país.

El libro escrito por Carlos Torres, coordinador honorario de los centros históricos de Mexicali y Tijuana, y gestor cultural, así como por Daniel S. Basave, escritor y periodista, desde el título de cada capítulo le anticipa al lector un asombroso periplo de cantinas, casinos, barrios, cines, centros nocturnos, lupanares, plazas e Iglesias donde desfilaron desde actores, actrices, mafiosos, grupos de rock hasta iconos como Rodolfo Valentino, José Alfredo Jiménez y Pedro Infante.

En el prólogo Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de Baja California, narra: “Cuando era niña, las historias que me contaban los mayores sobre las calles más antiguas de Mexicali eran algo así como un cuento. Recuerdo con nostalgia los fines de semana cuando mi papá, Don Chema, me llevaba a desayunar o por una nieve al tradicional Blanca Nieves. Esperaba ansiosa durante toda la semana aquel momento. Crecí escuchando relatos de matinés mágicas en el Cine Curto; de grandes comidas familiares en el restaurante 19; de ir a comprar los zapatos más bonitos en La Nacional o comerse una torta en el Mercado Escamilla”.

También recordó que: “Otros compartían leyendas sobre una ciudad de laberintos subterráneos construidos por los chinos a la que muy poca gente tenía acceso. Para mi madre, para mi padre, para mis tías y para mucha gente de su edad, el Centro de Mexicali formaba parte de su vida cotidiana”.

Ávila Olmeda califica este ejemplar como: “Un testimonio muy ameno, lleno de historias que te llevan desde el misterio, la curiosidad o las carcajadas, características muy propias de las charlas cotidianas de Carlos o los editoriales de Daniel. Nuestra cultura popular se va construyendo con esta serie de historias que en muchas ocasiones se pierden entre las generaciones, me llena de alegría que hoy se puedan conocer en el resto del país”.

De acuerdo al título del libro Pedro Infante en el cine Curto…, se narran anécdotas, pasajes y vidas de personajes emblemáticos del Centro Histórico desde los tiempos de su fundación allá por 1902 hasta su gran renacimiento en los tiempos actuales. También se puede leer la historia del mítico casino El Tecolote, de la boda clandestina de Rodolfo Valentino; la creación de La Chinesca, uno de los primeros restaurantes chinos del país, hasta pasajes más actuales como el nacimiento de Los Tigres del Norte en las calles mexicalenses o la composición de la canción De música ligera a cargo de Soda Stereo durante una prueba de sonido en la Plaza Calafia. La casa editorial es Trilce, la misma que ha editado clásicos como El Marciano y la Langosta o La Fábrica de Boxeadores de Tijuana de Omar Millán o el célebre Paso del Nortec, libro testimonial del colectivo de música electrónica. Se trata de un libro muy visual que contiene cientos de fotografías e imágenes presentadas con un bonito diseño.

Uno de los capítulos destacados es el dedicado al recuento de Los Tigres del Norte, con testimonios de Consuelo Angulo, madre del famoso grupo: “Le llamaban la Jefa de Jefas y nunca quiso irse de Mexicali. La ciudad que atrapó al sol guardaba a sus muertos y ella nunca quiso dejarlos solos. En Mexicali vivió y murió, y allí está enterrada, junto a su esposo y su hijo”.

Doña Consuelo Angulo viuda de Hernández fue madre de 11 hijos, entre ellos Jorge, Hernán, Eduardo, Luis, Raúl y Freddy, conocidos en el mundo entero por formar parte del más célebre grupo de música norteña: Los Tigres del Norte.

Además la mamá de los felinos vivió más de medio siglo en la capital de Baja California, y allí dijo adiós en octubre de 2022. Mexicali forma parte esencial de la leyenda de Los Tigres del Norte. Esa ciudad fue la antesala de su fama internacional y el lugar que eligieron sus padres para quedarse a vivir. La familia Hernández Angulo llegó a Mexicali en 1967; lo hicieron para poner tierra de por medio con su pueblo natal. Los padres eran originarios del poblado de Rosa Morada, en Mocorito, Sinaloa, donde los hermanos Hernández Angulo crecieron ayudando a su padre Eduardo a arar sus parcelas.

Eduardo Hernández y Consuelo Angulo se casaron a principios de los años 50. Su primogénito, Jorge Olegario, nació el 25 de julio de 1952. Después vinieron al mundo Eduardo, Hernán y Raúl.

Desde muy pequeños los Hernández mostraron inclinaciones musicales, aunque en su pueblito apenas tenían un radio de baterías que captaba algunas emisoras, en donde los niños comenzaron a escuchar a grupos como Los Alegres de Terán o Ramón Ayala y Cornelio Reyna, recoge el ejemplar.

Carlos Torres escribe a modo de prefacio: “Sin embargo, de todas las historias que me contó mi papá cuando era niño, hubo una en particular que me llamó la atención de sobremanera. En alguna ocasión me platicó que sus amigos chinos del centro de Mexicali solían invitarlo a jugar póker y tomar cerveza en una ciudad subterránea. ¿Una ciudad subterránea en Mexicali? ¿Cómo era eso posible? Yo no le creía, pero él me los aseguraba: “debajo tienen una ciudad los chinos mijito. Mi papá me platico que atrás de algunas tiendas o restaurantes, había unas pequeñas puertas en el suelo de madera. Después el compartimento te llevaba a unas escaleras que conducían a enormes sótanos en donde había sillones, mesas de juego y barras con bebidas. Un lugar acogedor y secreto donde podían jugar baraja y conversar toda la noche. En resumen, había un Mexicali misterioso y oculto bajo la tierra que muy pocas personas conocían”.

El libro es también la historia de una recuperación del centro histórico de Mexicali, que va de los recuerdos a los hechos. En la administración de Marina del Pilar Avila Olmeda, se restauró por completo el barrio de fama internacional conocido como La Chinesca, además de sus calles y plazas circundantes, como queda plasmado en este testimonio: “César Ruiz, propietario del legendario Hotel del Norte, afirma que ya en el pasado vio proyectos o propuestas de revivir el Centro que nunca progresaban. Los gobiernos anteriores les pedían apoyo, inversiones, pero al final nunca pasaba nada. Proyectos vimos muchos en el pasado, nos llamaban, nos pedían apoyo, nos decían que ahora sí y al final nunca pasaba nada. La verdad esta es la primera vez que vemos que de verdad está sucediendo algo y la gente está volviendo al Centro. Mis respetos para la Gobernadora Marina del Pilar y para Carlos porque le regresaron la vida a estas calles”, expresa el propietario del Hotel del Norte. Ezequiel Benítez, propietario del restaurante Museo del Valle, rankeado como el mejor menudo de México, fue uno de los primeros inversionistas nuevos que llegaron a Mexicali durante la nueva era del Centro Histórico.

Respecto a la obra, Carlos Torres explicó que se trató de un proceso en el que se buscó compartir las historias del Centro Cívico a través de diversos relatos recopilados por medio del Archivo Histórico del Estado, entrevistas, y otros recursos. Agregó que las historias y momentos relatados en el libro contribuyen a la identidad actual del Centro Histórico, fomentando que más ciudadanos se acerquen a esta zona que en los últimos años ha sido remodelada.

Daniel Basave, coautor del libro, expresó su gratitud por la invitación de Carlos Torres a participar en esta colaboración literaria. Dijo sentirse profundamente cautivado por las historias que lograron plasmar.

“Mi amigo Carlos me dijo, quiero contar la historia de lo que hicimos en el Centro Histórico, pero quiero ir más allá, quiero contarles la historia de esas calles, de espíritu que vive en estas calles, de todos lo que estas calles tienen por decirnos, te invito a que me ayudes. Me emocionó mucho la invitación y no sabía lo fascinantes que serían estas historias”, comentó.

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