El Museo del Estanquillo presenta las cinco carpetas de grabados que Francisco Toledo (1940-2019) realizó a lo largo de casi tres décadas junto con la galería Arvil en la exposición Grabado en enigmas, la cual incluye el proyecto Nuevo catecismo para indios remisos, que consiste en las placas de cobre intervenidas por el artista juchiteco que fueron donadas hace unos meses al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) con motivo de los 55 años de Arvil.

La primera carpeta, Toledo/Sahagún (1974), reúne ocho piezas realizadas con aguatinta y ruleta; la segunda incluye los textos Augurios y abluciones, traducidos por Alfredo López Austin.

También está la serie Toledo/Chilam Balam, que comprende el trabajo que realizó el pintor a petición de Armando Colina (director de Arvil) y su socio, Víctor Acuña, en 1975, y Toledo/Guchachi’ (1976), ejecutados con aguafuerte y punta seca, un trabajo excepcional, porque contiene 23 grabados: ocho de gran formato y 15 en los textos impresos en papel Arches, francés, en serigrafía. Éstos a la vez fueron encuadernados en piel de iguana (guchachi, en zapoteco).

En agosto, una parte de esta colección se presentó en el Centro de las Artes San Agustín (CASA), en Oaxaca, en torno al proyecto de gráfica Nuevo catecismo para indios remisos, con el fin de mostrar las placas de cobre procedentes de la época colonial que intervino Toledo y que fueron donadas al IAGO, por el aniversario de la galería Arvil, cuya fundación, en la Ciudad de México, fue una iniciativa compartida con el artista, gestor cultural y activista. Los grabados se hicieron acompañar por textos de Carlos Monsiváis (1938-2010).

En el CASA, la muestra se realizó en el espacio conocido como El Chalet, cuyas dimensiones son reducidas, por lo que el guion museográfico se centró en Nuevo catecismo para indios remisos (1981); de las carpetas restantes sólo se mostró una selección.

Ahora, el público tendrá oportunidad de apreciar casi toda la producción que Toledo realizó para Arvil Gráfica, compañía creada por los galeristas, porque nos dimos cuenta de que nuestros patrocinadores no entendían que una obra gráfica es un original seriado, firmado y enumerado.

El punto central de la muestra en el Museo del Estanquillo sigue siendo el proyecto Nuevo catecismo para indios remisos, que goza de gran despliegue.

Los galeristas narran que un anticuario ofreció las placas de esa serie a Acuña: “Eran 75, provenientes de capillas populares de la sierra de Puebla y Tlaxcala, de los siglos XVII y XIX, y los compramos. Le pedimos a la grabadora Nunik Sauret que las limpiara, porque estaban oxidadas, y que las imprimiera para ver su contenido y estado.

Cuando las mostramos a Toledo, enloqueció y escogió nueve para trabajar. Pasó lo mismo cuando las vio Monsiváis, quien dijo que escribiría el texto. Ahora, los visitantes de la exhibición podrán escuchar al cronista leyendo esas palabras.

Retratos y autorretrato

La espina dorsal de Grabado en enigmas es la obra de las cuatro carpetas; sin embargo, hay nuevas secciones. Por ejemplo, Libertad a Víctor Yodo, que se refiere a la placa de cobre trabajada por Toledo, de nombre Libertad a los presos políticos (Libertad para Víctor Yodo), realizada alrededor de 1978. Mediante un material audiovisual se muestran a través de sobreposiciones las 10 intervenciones que el artista hizo de la misma placa, cuya figura central siempre fue un caballo.

Al igual que en Oaxaca, se muestran dos retratos que Toledo hizo a Colina a mediados de los años 70 del siglo pasado, que nunca se habían exhibido. El primero, realizado con tinta y acuarela sobre papel, es Mi exterior; es decir, energía, mientras el segundo, pintado al óleo, equivale a su nahual, o alma animal.

Esta sección también incluye un Autorretrato de Toledo, hecho en 2017 y poco conocido, elaborado a base de tinta, gouache y hoja de plata sobre papel.

El visitante podría preguntar, ¿cómo hizo todo esto? La respuesta está en el video Introducción al grabado de Francisco Toledo, de 18 minutos, con música de Rubén Luengas, cortesía del IAGO, donde se muestra cómo, con un mínimo de incisiones, el artista se retrata en una pequeña placa, a la vez que sostiene un diálogo por demás ilustrativo con su impresor Fernando Sandoval, propietario del taller donde se filmó.

El binomio Toledo/Arvil produjo un total de cinco carpetas. La última, que se exhibe en la muestra de manera digital, fue Trece maneras de mirar un mirlo (1981). La colaboración de la galería con el artista continuó hasta su muerte, con obras de distintos temas, para sumar 12 piezas, entre grabados y litografías, aparte de una amplia gama de proyectos.

Francisco Toledo: Grabado en enigmas permanecerá abierta hasta mayo de 2025 en el Museo del Estanquillo (Isabel la Católica 26, Centro Histórico). La entrada es gratuita. El acto inaugural oficial será el 16 de enero, pero ya se puede visitar.

Compartir