Trabajadores y personal técnico de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) reconocieron que ante la inminente aprobación en el Congreso del dictamen que plantea la extinción de siete organismos autónomos, prevalece la incertidumbre.

Señalaron que cerca de 600 trabajadores, muchos de ellos altamente especializados en evaluación educativa, pedagogía, didáctica, elaboración de libros de texto y formación docente, no sabemos qué sucederá con nuestros futuro laboral inmediato, toda vez que prácticamente la totalidad de quienes laboran en Mejoredu son empleados de confianza.

El dictamen, señalaron, establece en sus artículos transitorios que se extinguen estos organismos para aplicar ahorros y economías, y aunque señala que los derechos laborales se van a respetar, fuimos contratados como empleados de confianza, y la ley no reconoce el derecho a una liquidación o compensación. Así que pasados los 90 días para ejecutar la extinción, van a bajar la cortina, y eso fue todo.

En entrevista con La Jornada, destacaron que de 2019, cuando fue creado, a agosto de este año, se produjeron más de 500 publicaciones y trabajos de investigación que han sido insumo para la toma de decisiones de gobiernos locales, estatales y federal. Pese a ello, se nos ve como una carga presupuestal, y no como una inversión prioritaria para el sector educativo.

Los trabajadores afectados, quienes solicitaron el anonimato, señalaron que a diferencia de otras instancias públicas que recurren a equipos especializados de universidades y centros de investigación, en Mejoredu se trata de grupos técnicos altamente calificados que forman parte de un organismo que no es autónomo, fue creado como un ente público descentralizado, no sectorizado, con autonomías técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión.

Somos reconocidos, afirmaron, por la calidad técnica de las investigaciones que se realizan sobre el sistema educativo nacional. No le hemos lavado la cara a nadie. Se han reportado los hallazgos conforme lo establecen los más altos estándares científicos, sin ningún sesgo político o ideológico.

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