Ciudad de México. La política monetaria sigue siendo la principal herramienta para contener la inflación, en cambio, implementar políticas alternas puede implicar efectos secundarios adversos, señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“La inflación puede aumentar, pero una política más estricta puede reducirla rápidamente”, declaró el organismo en el documento El gran apriete: Perspectivas del reciente episodio de inflación, que forma parte de su Informe de Expectativas Económicas.

“El uso de herramientas alternativas requiere cuidado, evaluación sobre su eficacia y compensaciones para minimizar los posibles efectos secundarios adversos”, planteó el FMI en el análisis realizado por sus investigadores Emine Boz y Jorge Álvarez.

En el informe difundido hoy a una semana de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, que se realizará del 21 al 26 de octubre en la ciudad de Washington, donde se congregarán líderes de gobiernos, empresas y organizaciones internacionales, el organismo explicó que los países han empleado más herramientas para estabilizar la inflación cuando la política monetaria es limitada.

Comentó que si bien los estímulos fiscales que incorporaron tanto los países desarrollados como los emergentes durante la pandemia el covid-19, fueron fundamentales para contener las consecuencias económicas, también generaron desequilibrios entre la oferta y la demanda, lo que estimuló el aumento de la inflación.

“La pandemia provocó cierres generalizados en las economías, lo que provocó que muchas empresas bajaran su producción”, se menciona en el informe.

Se expone que conforme comenzó la reapertura de las empresas, la demanda de bienes por parte de los consumidores aumentó, al tiempo que los productores tuvieron dificultades para aumentar la oferta al ritmo de la demanda. Esto, en medio de continuas interrupciones en la cadena de suministro, lo que llevó a presiones sobre los precios en el sector de bienes.

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