Ciudad de México. El establecimiento de una política nacional clara que priorice el hidrógeno como un elemento clave en la transición energética de México, así como el diseño de un marco regulatorio sólido, atraería inversiones de hasta 60 mil millones de dólares en los próximos 20 años, revela un estudio divulgado por la Asociación Mexicana de Hidrógeno y Movilidad Sostenible (AMH2).

El reporte identifica barreras significativas y oportunidades para desarrollar una economía de hidrógeno en el país, entre ellos la existencia de pocos incentivos específicos para proyectos de hidrógeno, lo que limita el interés de los inversores.

De acuerdo con el estudio, México posee un alto potencial para la producción de hidrógeno verde, por lo que actualmente 16 proyectos en diferentes etapas de desarrollo se están abriendo espacio, impulsados por la necesidad de reducir las emisiones de carbono y con inversiones estimadas en 20 mil millones de dólares.

El documento indica que el potencial beneficio es económico, social y de generación limpia, pues impulsar este energético no sólo implica reducir la dependencia de energías fósiles y el cumplimiento de los compromisos suscritos en materia climática.

Con una inversión de 1.8 mil millones de dólares, para una capacidad instalada de 3 mil 351 gigawatts, se crearían en 6 proyectos más de 67 mil empleos totales, lo que representaría 2.5 mil millones de pesos adicionales en la economía mexicana o 0.14 por ciento del producto interno bruto (PIB).

No obstante, destaca que la transición hacia una economía donde el hidrógeno sea una alternativa real como fuente de energía en México presenta numerosas oportunidades en el mediano y largo plazo que pueden contribuir significativamente al desarrollo de una industria de hidrógeno.

En ese sentido, la inversión puede alcanzar hasta 60 mil millones de dólares hacia 2050.

Israel Hurtado, dirigente de la AMH2, señaló que para seguir avanzando más en el desarrollo de la industria del hidrógeno en México se requieren políticas y regulaciones claras, inversión en investigación y desarrollo, así como una política de Estado en materia de hidrógeno limpio.

“México no tiene una estrategia nacional de hidrógeno, usualmente es convocada desde los gobiernos, pero nosotros hoy damos un paso hacia adelante y presentamos esta Estrategia Industrial de Hidrógeno, desde el punto de vista industrial, desde el punto de vista de las empresas y desde el punto de vista de la Asociación”, dijo el directivo.

De acuerdo con los representantes de esta industria, será a finales de 2025 cuando ya se pongan en marcha los primeros proyectos en el país. 

El documento señala que la infraestructura, la cadena de valor y la tecnología tendrán una injerencia directa en el costo y precio final del hidrógeno.

“Una coordinación institucional será fundamental para la elaboración, implementación y seguimiento de la hoja de ruta y estrategia”, señaló.

El análisis consideró que se necesita establecer incentivos para la producción de hidrógeno limpio, que impulsen el financiamiento y el desarrollo tecnológico para la transición energética. 

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