Lima. Un actor aficionado que el viernes cumplió más de 40 años representando a Cristo cargando una cruz y que convoca a miles de espectadores callejeros pidió que el espectáculo sea reconocido como patrimonio inmaterial del país sudamericano.

Mario Valencia, de 66 años, mejor conocido como el ‘Cristo cholo’, considera que su representación de la Pasión de Cristo se ha convertido en una tradición.

“He solicitado declarar las actividades de Semana Santa que realizamos con mi grupo de teatro como patrimonio de los eventos religiosos y costumbres del Perú”, dijo a periodistas Valencia, quien desde 1980 recorre las calles capitalinas cargando la cruz en un país mayoritariamente católico.

Para declarar a una actividad como patrimonio inmaterial, el Estado solicita varios requisitos, entre ellos, que la expresión contribuya a la representatividad geográfica, étnica y cultural del Perú.

Valencia obtuvo durante la semana el permiso del municipio de Lima para subir después de diez años cargando su cruz de 90 kilos (198.4 libras) hasta la cima del cerro San Cristóbal, la colina más cercana al centro histórico de Lima.

El actor y su grupo artístico teatral llamado ‘Emanuel’ inició su recorrido por las calles de la capital llevando una corona de espinas y durante el camino recibió decenas de latigazos en la espalda, como ha ocurrido las últimas cuatro décadas.

Pasó frente al palacio presidencial cargando su cruz y rodeado de otros personajes, incluidos uno que representaba al diablo y otro a la muerte. “Queremos brindarte a ti palacio de gobierno que acoges lamentablemente gobernantes malos recontramalos, superarchimalos y pocos son los buenos”, dijo ante la mirada de la policía y el silencio de sus acompañantes.

Muchos ciudadanos de Perú, donde el 76 por ciento son católicos según datos oficiales de 2023, lo acompañaron caminando. Entre los espectadores se observaron incluso, personas en silla de ruedas, enfermos y otros que buscan un milagro para sus dolencias.

En 2014, poco antes de que Valencia subiera al cerro San Cristóbal la tarde del Viernes Santo, funcionarios de la Defensa Civil prohibieron al Cristo peruano dirigirse hasta la cima de la colina porque habían más de 80 mil espectadores en lo alto y existía el riesgo de que las personas cayeran por las laderas.

A inicios de 2019, Valencia cayó desde el tercer piso de su casa y sufrió algunas fracturas. Pese a eso el hombre cargó la cruz durante la Semana Santa de ese año.

Dijo que no quiso incumplir una promesa de inicios de 1980 cuando comenzó a actuar de Cristo luego de salir de un “infierno” tras vivir debajo de un puente junto a alcohólicos. Indicó que su cabello largo y barba copiosa le permitió obtener el papel.

Visitó cuatro iglesias construidas en el siglo XVII y la catedral de Lima, pero en ninguna fue recibido por los párrocos. “Es el Cristo de los pobres, pues, hay cierto desprecio con él”, comentó Magdalena Quispe, una mujer que llevaba un ramo de flores y llegó desde un barrio humilde de la capital.

Valencia, quien ha desempeñado varios oficios incluidos el de chofer, no pudo representar el jueves el bautismo de Cristo en el río Rímac, que cruza la ciudad, porque las autoridades le indicaron que las aguas estaban contaminadas. Por ello tuvo que ir a una pileta de la ciudad.

“No le cobro un sol a nadie por hacer esta obra, lo hago por fe”, dijo.

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