Entre las joyas que resguarda el Fondo Don Enrique Fuentes/Librería Antigua Madero se encuentra la primera edición facsimilar del Atlas pintoresco e histórico de los Estados Unidos Mexicanos (1885), de Antonio García Cubas; el Anuario constitucionalista (1916), y el número extraordinario del Boletín de la Biblioteca Nacional de México (1909), de la autoría de su director Francisco Sosa.

Esta colección de reserva especial se aloja en la biblioteca de la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), con el objeto de preservar la memoria de la emblemática librería Madero, luego conocida como Antigua Librería Madero.

Por acuerdo de la familia, ese acervo se recibió en noviembre de 2023. Entre los materiales más antiguos se encuentran el Informe de Matías Romero al gobernador del Estado de Oaxaca, con fecha 25 de agosto de 1880; Breve bosquejo biográfico de los miembros más notables del ramo telegráfico y reseña histórica de la existencia y progreso de los telégrafos de la República Mexicana, de Lázaro Pavia (1893), y Bibliografía científica del estado de México, de Manuel de Olaguíbel y Enrique Iglesias, publicada en 1899.

Otros títulos que destacan son: Antigua Madero Librería: El arte de un oficio (2012), de Enrique Fuentes Castilla; Impresiones célebres y libros raros (1991), primera edición facsimilar, de Manuel de Olaguíbel; Labor de imprenta de cinco décadas (1997), de Pierre Aleschinsky, y Códice Xiquipilco-Temoaya y títulos de tierras otomíes: Asentamientos, documentos y derechos indígenas en conflicto, siglos XVI-XVIII (1999), de René García Castro.

Una parte irá a la Red de Bibliotecas

Los libros e impresos incluidos en la colección abarcan gran variedad de temas, aunque con énfasis en la historia. Andrea Fuentes Silva, hija del otrora director de la Antigua Librería Madero, donó un acervo original de 4 mil libros a la UCSJ, institución que se quedó con 2 mil 91 libros. Los libros restantes, cuyos títulos resultaron duplicados, en acuerdo con la familia de Fuentes Castilla se donarán a otras instancias pertenecientes a la Red de Bibliotecas del Centro Histórico, para garantizar la conservación, preservación, difusión y buen uso.

No se trata, sin embargo, sólo de los libros, sino del mobiliario de la librería; es decir, el librero histórico y la vitrina detrás de la cual don Enrique despachaba. El librero, repleto de títulos, ahora luce en todo su esplendor, a modo de museo de sitio, en la planta alta de la biblioteca.

En un primer momento, ese mueble formó parte de la estantería de madera de la droguería y fuente de sodas conjunta Sanborns Bros. La vitrina resguarda los materiales más antiguos, que datan del siglo XIX. Andrea Fuentes facilitó también objetos como el escudo original de la librería, realizado en madera, una radio y un reloj.

Para Luis Torres Acosta, director de Difusión Cultural de la UCSJ, Fuentes Castilla fue una figura relevante en la historia de la cultura literaria en México. Más allá de un negocio de libros, la librería era un espacio de investigación y conocimiento. Todo el mundo pasó por allí, y don Enrique platicaba con todos ellos. Las personas iban a dejar sus libros. No todo era de colección, había ediciones nuevas, ya en la lógica de venta.

La librería Madero fue fundada por el republicano español Tomás Espresate en avenida Madero número 12. Fuentes Castilla llegó ahí en 1987. En 2012, se mudó a la Casa de la Acequia, en la esquina de San Jerónimo e Isabel la Católica, casi frente a la UCSJ. Torres Acosta recuerda que don Enrique “iba a comer casi todos los días al Zéfiro, el restaurante del Claustro de Sor Juana. Además, cada vez que íbamos a sacar un nuevo número de nuestra revista Inundación Castálida, íbamos a platicar con don Enrique sobre el tema.

En algún momento, al charlar con Andrea surgió la idea de recibir el acervo de la librería en la UCSJ, como una especie de evolución del proyecto para no dejar morir un esfuerzo que había visto prácticamente toda la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI. A partir del momento en que se dio el visto bueno, resultó ser un proceso largo, porque se hicieron algunas remodelaciones a la biblioteca.

De la Revolución, Juárez y Sor Juana

Fabiola Escalona Galván, directora de la biblioteca, dijo que el primer paso al recibir la colección consistió en hacer un inventario minucioso contra el catálogo que nos entregaron, que era el original de la librería, porque todavía traía precios de los libros. Los temas más relevantes que encontramos tenían que ver con la Revolución Mexicana en diferentes estados, así como la historia de Benito Juárez y la Reforma. Hay catálogos de museos y exposiciones, planos arquitectónicos de iglesias o edificios de gobierno en diferentes años, catálogos de monedas y billetes, bitácoras de periódicos gubernamentales, informes de gobierno o personajes durante sus administraciones, así como libros relacionados con la agricultura y el mar. También hay mucho libro religioso y de arquitectura de iglesias del Centro Histórico. Incluso, encontramos una colección de Sor Juana.

No es frecuente que la UCSJ reciba bibliotecas o acervos en donación. El caso de la colección de Fuentes Castilla tiene que ver con nuestro vínculo con el Centro Histórico y el proyecto que tenía don Enrique, por lo que sabemos significó la Antigua Librería Madero para la Ciudad de México. Queremos ser parte de esto y albergarlo en un lugar accesible a todos, además de seguro, apunta Torres Acosta.

Aunque el compromiso de la UCSJ es, en primer lugar, con su estudiantado, también lo es con la comunidad y aquella circunvecina. Se espera que el Fondo Don Enrique Fuentes/Librería Antigua Madero abra este espacio para el público de fuera sobre la gran historia de México.

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