Madrid. El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, anunció ayer de manera sorpresiva que analiza su posible renuncia, y calificó de falsas las acusaciones de tráfico de influencias y corrupción por las que la justicia decidió investigar a su esposa, Begoña Gómez, tras una demanda presentada por la organización Manos Limpias, que se ha caracterizado por entablar querellas principalmente por causas de la derecha.

Necesito parar y reflexionar. ¿Merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé. Me urge responderme a la pregunta de si debo continuar al frente del gobierno o renunciar a este alto honor, indicó Sánchez en carta abierta dirigida a la ciudadanía y divulgada en sus redes sociales, después de una sesión parlamentaria en la que tanto el derechista Partido Popular (PP) como la extrema derecha de Vox cuestionaron su responsabilidad en la actuación de su esposa, que según versiones periodísticas, utilizó su posición para hacer negocios personales y auxiliar a empresarios afines con rescates para los que usó fondos públicos.

La investigación preliminar sobre Begoña Gómez por sospechas de tráfico de influencias y corrupción fue abierta el 16 de abril, tras la denuncia de Manos Limpias, colectivo cercano a la extrema derecha, anunció ayer el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Las diligencias son secretas, atajó la corte.

Sánchez, de 52 años, relegido por el Parlamento en noviembre pasado, informó que el próximo lunes dará a conocer su decisión.

El presidente del gobierno español rechazó la denuncia que, a su juicio, está basada en hechos inexistentes.

No soy ingenuo. Estoy consciente de que denuncian a Begoña no porque haya hecho algo ilegal, sino por ser mi esposa, escribió.

Se trata de una operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire, para hacerme desfallecer en lo político y en lo personal atacando a mi esposa. Esta estrategia lleva meses perpetrándose, por tanto, no me sorprende la sobreactuación del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y del dirigente de Vox, Santiago Abascal. En este atropello tan grave como burdo, ambos son colaboradores necesarios junto a una galaxia digital ultraderechista y la organización Manos Limpias.

La decisión de la justicia se conoció después de que el medio digital El Confidencial reportó que los investigadores examinaban los vínculos de Gómez con con el grupo turístico español Globalia, propietario de la aerolínea Air Europa, cuando esta última mantenía conversaciones con el gobierno para conseguir un rescate durante la pandemia de covid-19.

Entonces, Gómez dirigía el IE Africa Center, fundación relacionada con la escuela de negocios Instituto de Empresa (IE), cargo que abandonó en 2022.

El Confidencial publicó que el IE Africa Center firmó en 2020 un acuerdo de patrocinio con Globalia y que la esposa del jefe de gobierno “se reunió en privado con el consejero delegado del holding turístico, Javier Hidalgo, en las oficinas de la compañía”.

En noviembre de 2020, el gobierno de Sánchez ofreció una línea de ayuda de 475 millones de euros a Air Europa, surgida de un fondo de 10 mil millones de euros destinados a apoyar a empresas estratégicas en dificultades por la pandemia.

La compañía española fue la primera de muchas otras que se beneficiaron de ese fondo.

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