Charleston, West Virginia y Nueva York. Los manifestantes llegaron a Charleston y a otras 31 capitales estatales de todo el país el pasado sábado con ataúdes, lápidas y pancartas para llamar a una “renovación moral” con el propósito de movilizar a 140 millones de pobres y de trabajadores de bajos ingresos y demandar un gobierno que luche contra la pobreza y no los pobres.

“En este país, 800 personas mueren cada día por resultados directos de la ola pobreza. Eso es inaceptable en uno de los países más ricos del planeta”, declaró Pam Garrison, copresidenta de la Campaña de los Pobres en West Virginia. Hablando en las escalinatas del Capitolio estatal, agregó que West Virginia tiene una de las tasas de muerte más altas a causa de enfermedades vinculadas con la pobreza y las tasas más bajas de educación en el país. “Esto no está bien. No podemos permitir que esto defina lo que es West Virginia, Necesitamos representantes políticos que nos representen, y no a sus bolsillos”, añadió ante varios cientos de líderes religiosos, trabajadores sociales, sindicalistas y funcionarios locales que se congregaron para este mitin.

El sábado, a través de Estados Unidos, trabajadores de bajo ingreso, religiosos, defensores de los derechos de las mujeres, de derechos laborales y de la comunidad gay entre otros realizaron actos para lanzar una campaña nacional que en los próximos tres meses intentará movilizar a millones de votantes de ingresos bajos o pobres que suelen no votar para exigirle a los políticos que aborden la pobreza. “Si uno fuera a un funeral cada día, tendrías que dedicar 600 años para ir a los funerales de la gente que muere silenciosamente de pobreza en este país”, afirmó el reverendo William Barber II, uno de los co-presidentes nacionales de la Campaña de los Pobres.

En el capitolio estatal en Montgomery, Alabama, trabajadores que se están organizando con el sindicato automotriz UAW para sindicalizar una planta de Hyundai, se sumaron al mitin. En Raleigh, Carolina del Norte, cientos de trabajadores escucharon a Jamey Gunter del Sindicato de Trabajadores de Servicios del Sur: “Necesitamos políticos que enfrentarán estas empresas, y que estarán de lado de los trabajadores”.

La reverenda Liz Theoharis, la copresidenta nacional de la Campaña de los Pobres, declaró, “estamos llamando a una renovación moral, por una resurrección moral. Estamos declarando vida en todo lugar donde hay muerte”. La campaña está enfocada en construir alianzas con sindicatos, organizaciones antiguerra y contra el intervencionismo de Estados Unidos, y trabajando de manera conjunta con organizaciones culturales al resucitar y actualizar la última campaña que encabezó el reverendo Martin Luther King.

La pobreza, afirma Theoharis, es algo que deciden los gobiernos que optan por no invertir en las políticas que se ha comprobado sacan a la gente de la pobreza, que operan por no apoyar a sindicatos y esfuerzos de organizaciones de los pobres.

Los participantes en el mitin aquí en Charleston incluyeron aquellos que están luchando por agua potable en pueblos donde hay carencia del líquido vital o que está tan contaminada que ya no se puede utilizar, otros que están impulsando nuevas formas de abordar la adicción a drogas y por reformas del sistema carcelario, defensores de los derechos de la comunidad gay, por los derechos de las mujeres a controlar sus propios cuerpos, y para promover mayor inversión en educación y vivienda. Pero más que nada, afirma Garrison, se están juntando para exigir y crear poder político en un estado donde los gobernantes locales trabajan para los intereses de los más ricos, sobre todo las empresas de carbón, que dominan el estado.

“La mayoría de aquellos que sobrevive día a día no creen que son pobres porque no están viviendo en los ghettos urbanos”, comenta Garrison en entrevista con La Jornada. “Pero cualquier incidente los puede deshacer, si pierden un día de trabajo por enfermedad sin pago, si de pronto tienen que gastar en nuevas llantas para sus carros, cualquier cosa -esto no es una manera de vivir”.

Agregó que cuando ella era joven, su padre trabajaba en las minas de carbón y su madre era ama de casa. “Ahora, ya no hay familias en donde ambos padres no trabajen. Sólo por la avaricia de las empresas, sabemos qué es por la avaricia empresarial”.

El sábado ella afirmó ante el mitin un mensaje colectivo para el futuro: “Somos gente orgullosa de las montañas, siempre seremos libres. Yo vengo de Mother Jones [la legendaria organizadora sindical y comunitaria, inmigrante irlandesa, de fines del siglo 19 y principios del 20 y quien fue cofundadora del gran gremio anarcosindicalista IWW], de los mineros de carbón que lucharon por mejores salarios y para su salud, y estoy sobre todos sus hombros para hacer lo mismo. Estamos movilizando, educando, habrá un cambio aquí”.

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