Deir Al-Balah. Un ataque israelí mató a siete trabajadores de World Central Kitchen, lo que llevó al grupo de ayuda a suspender este martes la distribución de ayuda alimentaria vital en Gaza, donde la ofensiva israelí contra Hamas ha puesto a cientos de miles de palestinos al borde de la hambruna.

Varios barcos que llegaron hace poco a Gaza emprendieron el regreso a Chipre con 240 toneladas de ayuda no distribuida tras el suceso, según anunció este martes un funcionario en la nación insular mediterránea, que ha tenido un papel importante para establecer la ruta marítima.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció que las fuerzas israelíes habían realizado el “ataque involuntario” contra “personas inocentes en la franja de Gaza”, señaló. Las autoridades están “revisando esto a fondo” y “harán todo lo posible para que esto no ocurra de nuevo”, añadió.

Imágenes de los cuerpos de los fallecidos en un hospital de la localidad central gazatí de Deir al-Balah mostraban que varios llevaban ropa de protección con el logotipo de la organización benéfica. Los fallecidos eran tres británicos, una australiana, un polaco y una persona con doble ciudadanía estadunidense y canadiense, según registros hospitalarios.

La organización benéfica, fundada por el afamado cocinero José Andrés, era una pieza central de una ruta marítima abierta hace poco para llevar ayuda que se necesita con desesperación en el norte de Gaza, donde según Naciones Unidas buena parte de la población está en riesgo de morir de hambre, prácticamente aislada del resto del territorio por las fuerzas israelíes.

Andrés, cuya organización benéfica opera en varios países afectados por guerras o desastres naturales, incluido Israel tras el ataque del 7 de octubre que desencadenó el conflicto actual, dijo tener “el corazón roto” por la muerte de sus colegas.

“El gobierno israelí debe detener esta muerte indiscriminada. Debe dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar a civiles y cooperantes y dejar de utilizar la comida como arma”, escribió en X, antes Twitter.

La organización dijo que el equipo viajaba en una caravana de tres vehículos, dos de ellos blindados, y había coordinado sus movimientos con el ejército israelí.

El contralmirante Daniel Hagari, portavoz jefe del ejército, dijo el martes que las autoridades analizaban lo ocurrido al más alto nivel. Se abriría una investigación independiente que “nos ayudará a reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir un incidente así”, señaló.

Erin Gore, directora general de la organización, dijo que “esto no es sólo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que acuden a las situaciones más difíciles donde la comida se utiliza como arma de guerra. Esto es imperdonable”.

La Unrwa, la principal agencia de la Organización de Naciones Unidas en Gaza, dijo en su último reporte que 173 de sus trabajadores habían muerto en el territorio desde que comenzó la guerra cuando milicianos liderados por Hamas irrumpieron en el sur de Israel, mataron a unas mil 200 personas y secuestraron a unos 250 rehenes. Israel respondió con una de las ofensivas más letales y destructivas de la historia reciente.

Ante una creciente catástrofe humanitaria en el norte de Gaza, varios países trabajaron para abrir una ruta marítima con la esperanza de que permitiera llevar más ayuda al enclave, donde los suministros han entrado con cuentagotas por las rutas terrestres que controla Israel. Estados Unidos y otros países también han dejado caer entregas desde el aire, pero los trabajadores humanitarios dicen que esos esfuerzos están lejos de cubrir las crecientes necesidades de la población.

Israel ha prohibido que la Unrwa participe en la entrega de asistencia en el norte, y otros grupos humanitarios aseguran que enviar caravanas de camiones al norte del territorio resulta demasiado peligroso debido a que las fuerzas armadas no garantizan un paso seguro.

 

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