Madrid. Íñigo Errejón, una de las caras más populares de la izquierda española, actual vocero en el Congreso de los Diputados de la coalición Sumar y uno de los fundadores de Podemos, anunció su retirada de la política tras salir a la luz una ola de denuncias anónimas en su contra de violencia sexual, acoso y agresiones machistas. El político, de 41 años, anunció su decisión a través de una carta, en la que reconoce que “he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona”, asume que lleva un modo de vida “neoliberal” e incluso reconoce veladamente actuaciones violentas contra gente de su entorno, al señalar que la actividad política ·genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo”.

Errejón apareció en la escena pública española en el 2014, hace justo diez años, cuando de la mano de algunos compañeros de universidad, entre ellos Pablo Iglesias y Carolina Bescansa, fundaron el partido Podemos, que emergió como gran renovador de la izquierda española y como fruto de las masivas movilizaciones sociales que iniciaron en mayo del 2011, en lo que se conoció como el “15M”. Los primeros años del partido morado fueron dirigidos y coordinados casi de forma conjunta entre Iglesias y Errejón, hasta que la lucha por el poder provocó una fractura interna que derivo en la salida del segundo de la formación política y la fundación de una nueva fuerza, Más Madrid, que se convirtió en poco tiempo en referente de la izquierda en Madrid, superó en seguidores a Podemos e, incluso, al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Después fundó Sumar, junto con otros partidos periféricos y su actual dirigente, Yolanda Díaz, que fue quien le nombró vocero del grupo en el Parlamento, uno de los cargos de mayor relevancia pública.

Errejón anunció por sorpresa su decisión y raíz de la proliferación en las redes sociales de denuncias anónimas en su contra y amparadas por la cuenta pública de una periodista de izquierda vinculada a Podemos y al movimiento feminista, Cristina Fallarás. En las denuncias se le señala como “un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo”, además de que relatan: “Me habían avisado del trato que le daba a las mujeres, pero dada su posición política no podía creerme que eso fuera verdad. Su forma de tener sexo te marca y no lo olvidas jamás. Te pide hacer prácticas humillantes, y cuando te niegas te monta números”.

En su carta de dimisión, Errejón señala que con esta decisión aspira a “contribuir a reparar errores”, que atribuyó al propio ritmo de la política: “Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana”.

 

 

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