París. La extrema derecha y sus rivales lanzaron este viernes la ofensiva final para atraer a los votantes de cara al balotaje de las elecciones legislativas anticipadas, que podrían conducir a los ultraderechistas de Marine Le Pen al poder.

El presidente de centroderecha Emmanuel Macron conmocionó a Francia con el inesperado adelanto electoral que justificó como una forma de frenar a la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen, que se impuso en los comicios europeos del 9 de junio.

Pero RN y sus aliados ganaron la primera vuelta de las legislativas con un tercio de los votos, por delante de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP, 28 por ciento) y la alianza de centroderecha de Macron, Juntos (20 por ciento).

Y de cara al balotaje del domingo, el bloque ultraderechista aparece como el único con opciones de alcanzar la mayoría absoluta de 289 diputados y designar a Jordan Bardella como primer ministro, pero las posibilidades se redujeron tras la estrategia de pactos de sus rivales.

La “urgencia” es “impedir a toda costa” la llegada de la extrema derecha al poder, reiteró este viernes en el medio Franceinfo la líder ecologista Marine Tondelier, quien llamó a los electores a votar por los candidatos rivales de RN.

“Más que nunca, hay que ir a votar. Es realmente urgente. No podemos dejar el país en las manos de esa gente”, alertó el jueves el capitán de la selección de fútbol de Francia, Kylian Mbappé, a quien Le Pen acusó de dar “lecciones de moral”.

El NFP, que incluye a socialistas, ecologistas, comunistas y La Francia Insumisa (izquierda radical), y la alianza de Macron tejieron un “frente republicano” para evitar el primer gobierno ultraderechista desde la Liberación de Francia de la Alemania nazi.

Este principio implica la retirada del candidato “republicano” con menos posibilidades de ganar en aquellas circunscripciones en las que se clasificaron para el balotaje candidatos de ambas alianzas, junto a uno ultraderechista en posición de fuerza.

“Si no obtenemos mayoría absoluta el domingo, el país estará bloqueado”, escribió este viernes Le Pen en la red social X, cuando las últimas proyecciones de Ipsos y de Ifop le dan entre 170 y 210 escaños de los 577 de la Asamblea Nacional (cámara baja).

Una victoria de la extrema derecha en la segunda economía de la Unión Europea y potencia nuclear podría debilitar su influencia en Bruselas, donde París ha sido uno de los principales motores de la integración europea, y socavar la política de apoyo a Ucrania contra Rusia.

Incierto resultado

Aunque los franceses se encaminan a reconducir los tres bloques surgidos de las elecciones de 2022 –izquierda, centroderecha y extrema derecha–, con una nueva relación de fuerzas, la formación de un nuevo gobierno se anuncia complicada.

El primer ministro de centroderecha, Gabriel Attal, ya avanzó este viernes que su gobierno está dispuesto a continuar “el tiempo que sea necesario” para garantizar la continuidad del Estado. Francia debe acoger los Juegos Olímpicos de París a partir del 26 de julio.

Sin mayorías claras en alguno de los bloques, varias hipótesis empiezan a surgir: desde una “gran coalición” entre la izquierda (sin LFI), el oficialismo y los diputados derecha que no pactaron con RN, hasta un gobierno técnico.

Los primeros resultados se conocerán el domingo a partir de las 20H00 (18H00 GMT), al cierre de los colegios electorales tras una campaña de segunda vuelta marcada por la tensión.

“Tenemos ya 51 candidatos, suplentes y militantes que fueron agredidos físicamente”, aseguró el ministro del Interior, Gérald Darmanin, a la cadena BFMTV, precisando que se detuvo a más de 30 personas.

La vocera del gobierno Prisca Thevenot denunció una agresión el miércoles por la noche, al igual que candidatos de izquierda e incluso una candidata ultraderechista. Darmanin apuntó a agresores de “ultraizquierda o ultraderecha”, entre otros.

Ante temores de “desórdenes” el domingo por la noche, las autoridades prevén el despliegue de 30 mil policías y gendarmes, entre ellos 5 mil en París.

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