La batalla en la lucha libre a veces suele ser más complicada afuera del ring. Como uno de los pocos ídolos de su generación, Octagón ha sobrevivido a lesiones, contiendas legales y cambios de época, al tiempo que ahora abre una alternativa laboral para los gladiadores mientras lidera a la Asociación Nacional de Luchadores Profesionales Independientes en busca de mejoras para el gremio.

Nos preocupamos por los chavos, las nuevas generaciones, si se llegan a lastimar, ¿quién va a velar por sus intereses? En este caso estoy yo, los amigos que han creí-do en Octagón también lo han hecho en la asociación y varios se han sumado a esta causa, que se puede decir es algo noble, apuntó en entrevista con La Jornada con motivo del 21 de septiembre, Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano.

La máscara en el pancracio mexicano suele tener un halo casi divino para quien la porta, es considerada la esencia de cada portador. En el caso de Octagón, en medio de esa careta plateada con toques negros y cinta roja en la frente, lo que aún prevalece es la mirada afable que lo distinguió hasta convertirse en ídolo en la década de 1990, justo cuando esa industria apostó por una producción más mediática.

Mientras la lucha libre mexica-na se televisaba cada fin de semana, se fueron revelando cada vez más las adversidades que enfrenta-ban los gladiadores. Octagón vivió la gloria, pero también el calvario al superar lesiones como una fractura de clavícula y fisuras en las costillas.

Si recuperar su salud fue complicado, la contienda más tortuosa fue rescatar su nombre, pues debió demandar a la empresa Triple A, la cual pretendía quitarle la marca de Octagón con la cual forjó más de 40 años de trayectoria. Ahora, una década después de esa contienda, celebró la victoria del fallo en su favor y ahora espera el embargo de las oficinas de esa compañía.

Todo lo ha enfrentado en medio de cambios generacionales, donde varios de sus ex compañeros se han retirado por lesión o incluso han fallecido, así como por la expansión de la industria de la lucha libre estadunidense en México.

Apoyar al gremio

Conocedor de la realidad que afronta el gremio, creó en 2017 la Asociación Nacional de Luchadores Profesionales Independientes, con la cual ha buscado apoyar a varios de sus compañeros, como lo hizo durante la pandemia de covid-19 al repartir despensas.

–¿Como presidente de la asociación cuál es el tema que más urge atender?

–La salud –dice antes de pensar una respuesta con mayor profundidad, conciente de las carencias que enfrentan sus compañeros del ring sin importar si son rudos o técnicos–.

“Si nos llegamos a lastimar, el Consejo Mundial de Lucha Libre atiende a sus afiliados en sus propios laboratorios, hospitales y con sus médicos especializados. No es lo deantes, que cuando un luchador se lastimaba, todo corría por su cuenta, sin importar si fuera una operación o cualquier otra cosa, uno debía absorber todos esos gastos. Ahora, quienes están con esta empresa reciben un apoyo.

–¿Pero qué pasa con el resto de los luchadores, quienes son independientes o no están con el CMLL?

–Bueno, ahí es cuando la asociación trata de ayudarlos, pero aún faltan cosas.

El emblemático enmascarado, de 63 años de edad, está al tanto de la iniciativa de ley para establecer un salario base en el deporte profesional, así como otorgar seguridad social, proyecto que considera positivo, pero aún se muestra escéptico de que se concrete.

Una cosa es hablar y otra es concretarlo. Hay que proponer e insistir, y si tienen el apoyo de todos nosotros, podemos lograr iniciativas de ese tipo. Es fácil decirlo, pero la acción es lo difícil. Ahorita sacaron el Día del Luchador, ¿para qué? Mejor que les den a todos gastos médicos o seguridad social. En el Consejo Mundial estamos protegidos, pero desafortunadamente no todos pueden estar en esta empresa.

La estabilidad económica es otro aspecto por el que han sufrido varios luchadores tanto en activo como en el retiro. El caso de Octagón es peculiar, pues después de haber ganado la demanda a Triple A por su nombre, también ha sabido explotarlo como imagen de Burger King hace un par de años y ahora de Rappi con motivo de las fiestas patrias, es uno de los primeros gladiadores mexicanos en dar ese salto comercial.

Ya me verán tocando puertas y repartiendo comida, dice entre risas respecto de sus colaboraciones. “Es muy importante que los compañeros se den cuenta que ser luchador no es únicamente subirse a un ring. Ahora tienen un campo (laboral) mucho más grande. Si lo ven de esa manera entenderán cómo se puede abrir el panorama.

Antes todo era muy difícil, porque no había los medios (para visibilizarse), ocupábamos mucho la radio, la televisión, revistas y periódicos. Ahora, con las redes sociales todo es más fácil. Ojalá haya más colaboraciones con las empresas. Todos saben que la lucha libre es cultura.

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