Aunque rechazó que la violencia haya crecido en el país durante su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que “ya no me va a alcanzar el tiempo” para resolver esa crisis.

Seguro que la estrategia que ha emprendido en su gobierno para contrarrestar ese flagelo —el atender las causas más que las medidas coercitivas—, recomendó a quien lo releve mantener la misma política de atender a los jóvenes y garantizar el derecho al trabajo bien remunerado entre la población.

Interrogado en la mañanera de este lunes sobre las cifras que hasta ahora tiene en su administración de más de 166 mil homicidios dolosos, el mandatario federal rechazó que esto signifique un crecimiento en términos porcentuales, pues, aseguro, en lo que va de su administración ha bajado 20 por ciento la incidencia en ese delito.

Negó que se trate de una “tragedia”, y lejos de eso comparó que una “verdadera tragedia” es la crisis por el consumo de fentanilo y otras drogas químicas que se da en Estados Unidos, lo que causa 100 mil muertes al año.

“Nosotros, si continuamos con la misma política esto (los homicidios) lo vamos a resolver. ¡Me canso ganso! Ya no me va a alcanzar el tiempo porque faltan ocho meses; pero si se continúa con la misma política de atender a los jóvenes que no se atendían, que la gente tenga garantizado en derecho al trabajo, a salarios justos, se va a resolver”.

Con base en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el mandatario insistió en las cifras que en cada reporte mensual de seguridad presenta su gabinete del ramo, en las que se hace una comparación del crecimiento porcentual en cuanto a incidencia en homicidios de los últimos seis sexenios, incluido el suyo.

Dijo que con Carlos Salinas la incidencia de ese delito creció en 9.2 por ciento, al pasar de 14 mil 493 en 1990 —año en que se empezaron a respirar los homicidios— a 15 mil 839 al final de esa administración; com Ernesto Zedillo hubo una baja de 31.2 por ciento, al pasar de 15 mil 612 en su primer año de gobierno a 10 mil 737 al cerrar.

Con Vicente Fox “creció poco”, 1.6 por ciento de 10 mil 88 a 10 mil 452 muertes en su último año de gobierno.

En el sexenio de Felipe Calderón, quien declaró la guerra al narcotráfico, pasó de 8 mil 867 asesinatos en 2007 a 25 mil 967 para el cierre de ese gobierno, un incremento en la incidencia de 192.8. En ese sentido, López Obrador llamó la atención de si la cifra era baja, cabría preguntarse por qué inició la guerra contra la delincuencia organizada.

Con Enrique Peña Nieto los homicidios crecieron, dijo, 59 por ciento al pasar de 23 mil 63 en su primer año, a 36 mil 685 en el último.

En tanto, planteó, en su administración “miren como lo agarramos”, con 36 mil 661 homicidios en el primer año, y la cifra se mantuvo por dos más, hasta que, dijo, comenzó a bajar. “Nos costó mucho trabajo”. Y el año pasado se registraron 33 mil 287 muertos, lo que de acuerdo al tabasqueño es una reducción de 20 por cierto en la incidencia.

Planteó que para el cierre de su sexenio, el último día de septiembre, “quiero bajarla a 25 por ciento”, lo que equivaldría a 29 mil muertes en 2024, cifra muy similar al último año de Calderón.

“Tú me dices sí, si acumulas las cifras (de este sexenio) es el de más muertos, pues sí, nada más que tienes que tomar en cuenta en dónde lo agarramos”, planteó en respuesta a que el número de muertes podría alcanzar hasta los 190 mil en su sexenio, por encima de la cantidad registrada con Peña y Calderón.

Sin embargo, rechazó que su estrategia contra la violencia no haya funcionado, e insistió que de seguirla, se logrará reducir este flagelo.

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