Tel Aviv., Benjamin Netanyahu ordenó a los militares israelíes continuar atacando a Hezbollah con toda la fuerza en Líbano, pese a la creciente presión internacional por un alto el fuego.

Estados Unidos y Francia fueron secundados por Gran Bretaña y otros nueve aliados en el llamado a un cese de las hostilidades – de 21 días– entre Israel y Hezbollah, para dar espacio a que mediadores negocien una resolución diplomática al conflicto, antes de que se convierta en una guerra regional en gran escala.

Más de 600 personas han perecido en Líbano por ataques aéreos desde el lunes pasado, y hay miles de heridos. Un avión de guerra israelí atacó ayer los alrededores de la capital, Beirut; dio muerte al menos a dos personas y lesionó a 15, informó el ministerio libanés de Salud. Las cifras mortales durante la noche del miércoles y hasta la tarde de ayer se elevaron a 92. Es el bombardeo más intenso desde la guerra de Hezbollah e Israel en 2006.

El ejército israelí notificó –y la milicia confirmó– que en el bombardeo en Beirut pereció ayer el jefe de una de las unidades de la fuerza aérea de Hezbollah, Mohammad Surur, el comandante que ha sido señalado de manera más reciente como objetivo en varios días de ataques.

Se vio humo después del bombardeo, cerca de una zona donde se ubican instalaciones de Hezbollah, y donde también viven y trabajan muchos civiles. La televisora Al Manar, de Hezbollah, transmitió imágenes del piso superior dañado de un edificio.

El grupo paramilitar ha disparado cientos de misiles a objetivos en Israel, entre ellos Tel Aviv, aunque el sistema de defensa aérea Domo de Hierro ha neutralizado la mayoría.

Netanyahu, al aterrizar en Estados Unidos para dirigir un mensaje ante la Asamblea General de Naciones Unidas, declaró a reporteros que el ejército continuará atacando a Hezbollah con todas las fuerzas, y no nos detendremos hasta lograr nuestros objetivos: primero que nada, el retorno seguro de los residentes del norte a sus hogares, que han sido evacuados desde que Hezbollah lanzó una campaña de ataques transfronterizos el año pasado, en solidaridad con Hamas en Gaza. El intercambio de fuego con las fuerzas israelíes ha sido casi cotidiano desde entonces.

En una declaración anterior, la oficina de Netanyahu señaló: La noticia sobre un alto el fuego no es cierta. Se trata de una propuesta de Estados Unidos y Francia, a la que el primer ministro ni siquiera respondió. El canciller Israel Katz así lo refrendó, y añadió en X: Lucharemos con toda nuestra fuerza hasta la victoria y el retorno seguro de los residentes del norte a sus hogares.

El estadunidense secretario de Estado, Antony Blinken, sostuvo ante MSNBC que grandes potencias mundiales desean una tregua en Oriente Medio y que se reuniría con funcionarios israelíes en Nueva York para hablar sobre ello.

Una declaración conjunta de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Australia, Canadá, la Unión Europea, Alemania, Italia, Japón, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar llamó a un cese inmediato de las hostilidades en respuesta a la intolerable situación en Líbano.

Un cese inmediato del fuego por 21 días daría espacio a la diplomacia hacia la conclusión de un acuerdo, señaló la declaración.

Horas antes, Estados Unidos y Francia emitieron un comunicado en el mismo sentido, señalando que el aumento de la acción bélica en las dos semanas recientes amenaza con desatar un conflicto mucho más extenso y con mayor daño a civiles.

En Londres, ayer, el secretario estadunidense de Defensa, Lloyd Austin, advirtió el riesgo de una guerra en gran escala, pero sostuvo que hay alternativa al diálogo.

Pese a la fuerte intensificación de días recientes, una solución diplomática aún es posible, expresó Austin.

El ex primer ministro y líder opositor israelí Yair Lapid instó a parar las hostilidades, pero por siete días, para que Hezbollah no pueda restaurar sus sistemas de mando y control. No aceptaremos ninguna propuesta que no incluya retirar a Hezbollah de nuestra frontera norte, escribió en X.

Presiones en Tel Aviv

Uno de los miembros de la coalición gubernamental de extrema derecha de Netanyahu, Itamar Ben-Gvir, jefe del partido Poder Judío, amagó con suspender su cooperación con Netanyahu, y si un cese del fuego temporal con Hezbollah se vuelve permanente, renunciaremos del gobierno. Fue el más reciente signo de desacuerdo de los aliados del premier con los esfuerzos internacionales en pos de una tregua.

Si Ben-Gvir deja la coalición, Netanyahu perdería su mayoría parlamentaria y su gobierno podría caer, aunque líderes opositores como Lapid han dicho que ofrecerían apoyo a un acuerdo de alto el fuego.

Hezbollah lanzó 57 cohetes a Israel, indicó el ejército de Tel Aviv al mediodía. No está claro si causaron algún daño, pero desde el lunes la mayoría han sido interceptados por su domo.

Ensayan invasión por tierra

Del lado israelí de la frontera con Líbano, el gobierno realizó un ejercicio simulando una invasión por tierra, próxima fase potencial después de los incesantes ataques aéreos y las explosiones de dispositivos de comunicación.

El teniente general israelí Herzi Halevi ordenó a sus tropas prepararse para una invasión de Líbano por tierra.

Hezbollah no ha respondido a la propuesta de una pausa en el combate. El primer ministro interino libanés, Najib Mikati, está de acuerdo con ella, pero su gobierno no tiene influencia sobre el grupo militante, que ha insistido en que sólo detendría su ofensiva si cesa el fuego en Gaza, donde Israel ha estado combatiendo a Hamas durante casi un año.

Un alto el fuego en Gaza parece fuera del alcance –al igual que en Líbano por ahora–, pese a meses de negociaciones encabezadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar.

En su comunicado, la oficina de Netanyahu afirmó que la lucha en Gaza también continuará hasta que todos los objetivos de la guerra se hayan alcanzado.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

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