Madrid. La Comisión para los Asuntos de los Detenidos de la Autoridad Palestina denunció este domingo la muerte del destacado preso palestino Walid Daqqa, de 62 años y que llevaba detenido en cárceles israelíes desde hace 38 años, como resultado de “crímenes médicos” durante el tratamiento del cáncer que sufría.
“Lloramos a un líder nacional y a un sólido pensador que gastó su vida por la causa palestina y que ha dejado un legado nacional e intelectual especial. Se enfrentó a políticas de tortura, abusos, privaciones y aislamiento, además de sucesivos crímenes médicos hasta que hoy se ha anunciado su muerte”, reza un comunicado de la Comisión publicado en su canal de Telegram.
Además de ser uno de los presos más prominentes de la lucha palestina, también era uno de los más antiguos, cuya detención se remonta a marzo de 1986, fecha anterior incluso a la firma de los Acuerdos de Oslo.
A pesar de que su fecha de liberación estaba prevista para el 25 de marzo de 2023, la Justicia israelí añadió otros dos años a su sentencia a pesar de sufrir leucemia.
Las autoridades penitenciarias le permitieron ser tratado en un hospital “bajo estrictas condiciones de seguridad” y sin poder recibir visitas ni comunicarse con sus familiares desde los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) del pasado 7 de octubre.
Desde abril de 2023, y a pesar de su delicado estado de salud, fue trasladado varias veces de prisión. De hecho, en menos de dos meses se le llegó a extraer el pulmón derecho, que le provocó “asfixia e infección respiratoria muy grave”. También se le practicó un cateterismo tras sufrir una insuficiencia cardíaca.
Una vida dedicada a la causa palestina
Daqqa se unió al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en 1983 con poco más de 20 años, siendo arrestado tan solo tres años después, tras lo que fue sentenciado a cadena perpetua, una condena que posteriormente fue reducida a 37 años. Sin embargo, en 2018 se le añadieron otros dos años por estar involucrado en una red que introducía teléfonos móviles en las prisiones para permitir a los presos palestinos comunicarse con sus familias. Su liberación estaba prevista para marzo de 2025.
Durante su estancia en prisión se le negó en numerosas ocasiones retirarle la clasificación de “preso huido de alto riesgo”, negándole el derecho “a casarse, a tener hijos y a despedirse de sus familiares”.
Sin embargo, las autoridades le permitieron casarse en 1999 con la activista Sana Salama en la cárcel de Ashkelon, con quien llegó a tener una hija por reproducción asistida al lograr sacar su esperma de forma clandestina del centro.
Daqqa logró liderar desde la cárcel el movimiento de presos palestinos y continuar contribuyendo a la causa palestina mediante la escritura de obras teóricas, textos biográficos, poemas, canciones e incluso dibujos.
Su muerte le ha convertido en el preso palestino número 251 en morir en prisiones israelíes desde 1967. Tanto el FPLP como el movimiento Al Fatá, Hamas o Yihad Islámica lamentaron su fallecimiento.