Madrid. La antropóloga mexicana Marcela Lagarde de los Ríos, una de las feministas más admiradas de América Latina y un referente global en la lucha por la igualdad de las mujeres, sufrió un boicot en el marco de una conferencia que daba en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, donde además recibió insultos como “terf” y “transfóbica”.
Un grupo de una docena de supuestos estudiantes interrumpieron el acto desplegando banderas del movimiento transexual y con un megáfono en mano estuvieron gritando insultos y consignas hasta que lograron su objetivo: cancelar la conferencia y acallar la voz de una pensadora e investigadora que, entre otras aportaciones académicas, fue la creadora del concepto “feminicidio”. Después de la interrupción del acto, la conferencia se retomó en otro salón y a puerta cerrada, al que sólo dejaron entrar a las “personas que sí quieren escuchar”.
El acto inició con unas breves palabras e la decana de la Facultad, Esther del Campo García, quien utilizó un lenguaje inclusivo para exponer el espíritu de la conferencia-homenaje a la antropóloga mexicana: “Bienvenidos, bienvenidas, bienvenides a todos, a todas y a todes. Es un honor y un privilegio tener a una de las mujeres más importantes en la lucha feminista de América Latina. Un día de agradecimiento, de respeto y para mostrar nuestro respeto a su labor por la lucha de las mujeres por la igualdad”.
Después tomó la palabra Lagarde durante unos 15 minutos, pero cuando estaba hablando precisamente de los mecanismos del sistema patriarcal para “borrar” de la historia a las mujeres, una docena de activistas transgénero, que desplegaron su bandera, empezaron con los gritos, los insultos y las descalificaciones. Incluso se registraron algunos conatos de enfrentamientos entre las estudiantes y militantes feministas que defendían la labor y la presencia de la antropóloga mexicana en el recinto universitario frente a los estudiantes enardecidos, que reclamaban el “boicot” para hacer “de la Universidad un espacio libre de transfobia”, además de otros gritos como “aquí está la resistencia trans” o “mujeres con pene, mujeres con vagina, hay muchas más mujeres de las que te imaginas”.
Tras varios intentos por dialogar y retomar el acto, sin éxito, finalmente la decana de la Facultad decidió suspenderlo, al menos en el reciento donde se estaba celebrando, en el Salón de Actos, y así evitar más enfrentamientos con los activistas transgénero. La decisión fue trasladar la conferencia a un salón ordinario de clases, más pequeños y con la entrada restringida sólo para personas que quisieran escuchar sin interrumpir ni boicotear el uso de la palabra.
Una vez que se logró retomar la conferencia y el acto, la propia Lagarde se mostró un tanto afectada por los insultos, pero también agradecida por los apoyos recibidos por la mayoría del público. Así lo explicó: “Sería inadecuado, exótico, raro que en las circunstancias actuales no hubiera un incidente como el que vivimos. Es parte de la experiencia, de la vida. Hemos estudiado y vivido muchas cosas desde el feminismo, entre otras que no hay nada que no sea contradictorio. Nada. Después de lo que ha pasado no me siento capaz de continuar con lo que estaba diciendo, pero sí me acuerdo, que era sobre cómo funciona el mecanismo de la cultura para que nos desaparezcan y borren a las mujeres”.
El acto también servía para dar por un respaldo a la Cátedra Internacional Marcela Lagarde y de los Ríos, que nació en 2015 con el objetivo de conformar un espacio académico y de incidencia política para desarrollar actividades en torno a la erradicación de la violencia de género en México y otros países iberoamericanos. Es una forma de reconocer las aportaciones de Lagarde al movimiento feminismo y a su estudio desde la academia, con la creación o el impulso de conceptos como “sororidad” y “feminicidio”.
De ahí que Lagarde, pese a los gritos y los insultos, quiso dejar clara una idea: “Mi camino no ha sido individual, el feminismo es una causa universal como ninguna otra, el más global de los derechos humanos”.
Desde la Asociación de Mujeres Feministas Marcela Lagarde, de la localidad española San Fernando de Henares, se condenó “la violencia ejercida hoy en la Universidad Complutense de Madrid hacia Marcela Lagarde de los Ríos y a todas las compañeras feministas que asistían a una conferencia” y añadían que “la universidad no puede ser un espacio de cancelación y violencia hacia las mujeres. Exigimos que se tomen medidas sobre las personas que han intentado cancelar el acto y han violentado a las compañeras”.
El investigador Justo Fernández López expuso que “el neogenerismo posmoderno necesita boicotear y censurar toda posición política que tenga como eje central a la mujer”, mientras que la concejala de Madrid Soledad Murillo se preguntó, irónica: “Se ha suspendido un acto de Marcela Lagarde, la diputada que instauró el término feminicidio para denunciar los asesinatos en México. Censura por el solo hecho de hablar de sexo. ¿Ya es un tema tabú como en el franquismo?”