Aley. Miles de personas han llegado a la ciudad de Aley, a unos 19 kilómetros de Beirut, luego de huir del sur de Líbano, donde Israel ha enfocado sus ataques aéreos contra Hezbollah.

Las escuelas y otros edificios se han convertido en albergues. Algunos residentes incluso donaron sus departamentos, comentó Badr Zeidan, gobernador del distrito, quien coordina los esfuerzos.

El número de personas que escapan del bombardeo sigue aumentando, indicó, pero es probable que haya llegado a 10 mil. Los registramos y distribuimos en escuelas y casas desocupadas.

Nasreen y su familia llegaron a Aley muy temprano la mañana de ayer, casi sin haber dormido. Tardamos 13 horas en llegar de Qana a Ghaziyeh, trayecto que normalmente se hace en una hora, declaró la mujer a The IndependentDespués de eso, todavía tardamos siete horas en llegar a Aley. Llegamos a las 3 de la mañana.

Al principio quería quedarse en su casa familiar, pensando que los informes de un recrudecimiento de los ataques eran lo mismo de siempre.

Pero comenzaron a atacar las colinas detrás de nosotros, y los bombazos eran cada vez más cercanos. Olíamos las bombas. Luego comenzamos a ver los embotellamientos de tránsito. Mis hijos entraron en pánico y se pusieron a llorar, y decidimos irnos.

Un viaje extenuante

El viaje a Beirut fue extenuante. La gente tenía pánico, no teníamos comida ni agua, y vimos misiles que daban en pueblos y edificios alrededor de nosotros cuando quedamos varados en el tráfico. Las ambulancias no podían pasar, era insoportable, narró.

Los ataques de Israel –a los que Hezbollah respondió con docenas de cohetes– continuaron ayer; la cifra de muertos llega al menos a 558 y hay más de mil 800 heridos en los dos días, de acuerdo con el ministerio de Salud de Líbano, autoridad separada de Hezbollah. La cifra incluye 50 niños y 94 mujeres.

El ministerio añadió que la gran mayoría de las personas que murieron eran civiles desarmados y sus familias. Filippo Grandi, alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, confirmó también que dos empleados de la organización perecieron en los ataques del lunes.

Por lo menos seis personas murieron en otro ataque aéreo en Beirut, informó el ministro libanés de Salud, y más de 12 resultaron heridas. El ejército israelí afirmó que dio muerte a Ibrahim Qubaisi, a quien identificó como comandante de la fuerza de misiles y cohetes de Hezbollah.

Israel ha llamado a los civiles a evacuar zonas cercanas a sitios donde Hezbollah almacena armas, pero los residentes no saben que están cerca de ellos. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, expresó que Israel continuará atacando objetivos de Hezbollah e instó a los ciudadanos a escapar del control del líder del grupo militante, Hassan Nasrallah.

Quien tenga un misil en su sala y un cohete en su cochera no tendrá un hogar, dijo Netanyahu en una base del ejército en un lugar no revelado, después de que los militares aseguraron que habían encontrado municiones en casas habitación.

“Nuestra guerra no es con ustedes, nuestra guerra es con Hezbollah. Nasrallah los está llevando al borde del abismo… Aléjense del control de Nasrallah, por su propio bien”.

Los sucesos han puesto a una región ya en llamas al borde de una guerra en gran escala, y se teme que el ataque pudiera ser precursor de una incursión israelí por tierra en Líbano. La amenaza de una guerra abierta ha crecido en semanas recientes, después de un año de intercambio de fuego en la frontera, provocado por la guerra de Israel contra otro grupo apoyado por Irán, Hamas, en Gaza.

En Aley urgen comida, leche y medicinas

En Aley, una funcionaria que ayuda a coordinar el esfuerzo libanés de apoyo, Laura Mukhtar abu Hassan, indicó que las familias llegan en grupos hasta de 50 personas. La gente se encuentra en muy malas condiciones. Necesitan comida, pañales y leche para los niños y no cuentan con las medicinas que necesitan, detalló, mostrando una larga lista de medicamentos requeridos con urgencia.

El libanés Jadi Hassan Abdallah huyó de Maarakeh, unos 80 kilómetros al sur de Beirut, y también espera recibir albergue con su familia. Un amigo de mi hijo murió en el fuego en un pueblo cercano ayer. Veo el miedo en los ojos de mi hijo, señaló. Cree que posiblemente se trate del inicio de una guerra de un mes.

Abdallah no empacó nada antes de salir con su familia y la de su hermano. Sólo traemos la ropa puesta, añadió: playera, shorts y sandalias. A los que están cerca de Hezbollah les advirtieron que evacuaran, pero nosotros no tenemos nada cerca, así que creíamos que podríamos quedarnos. Luego vimos misiles por todos lados cerca de nuestra casa.

Le preocupa dónde pasarán las próximas semanas y cómo ganarán dinero. Vendo ropa de segunda mano, y si no trabajo, no tengo ingreso, añadió.

Recordó la guerra de 2006, cuando Israel invadió el sur de Líbano en una ofensiva en gran escala que duró un mes. En ese tiempo yo estaba en el sur también y huí hacia Siria. Nos recibieron muy bien allá. Pero ahora la situación es mucho más grave. Hay más misiles y destruyen todo. Incluso bombardearon a nuestro vecino. Lo conocemos bien y no está con Hezbollah. Todo lo que hace es cultivar tabaco.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

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