Ciudad de México. México no se quedará de brazos cruzados ante la eventual entrada en vigor de la ley SB4 de Texas, aseguró ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador y rechazó cualquier posibilidad de que su gobierno acepte deportaciones hechas por la administración del gobernador texano, el republicano Greg Abbott.

Al preguntarle sobre el tema en su conferencia de prensa diaria en Palacio Nacional, subrayó que se trata de una norma deshumanizada y contraria no sólo al derecho internacional, sino a la Biblia, y que el propio gobierno de Joe Biden se opone a ella.

La legislación, aprobada en diciembre, faculta a la policía local y otras fuerzas de seguridad a arrestar, encarcelar y hasta deportar a México a cualquier sospechoso de ser un migrante irregular, y había entrado en vigor el martes, pero su aplicación fue frenada por un tribunal de apelaciones.

López Obrador subrayó que se trata de una ley “draconiana, completamente opuesta, contraria a los derechos humanos, una ley deshumanizada por completo, anticristiana, injusta, violatoria de preceptos, normas de la convivencia humana, no sólo del derecho internacional, sino hasta violatoria de la Biblia, y esto lo digo porque quienes aplican estas medidas injustas, inhumanas, van a los templos, y se les olvida que en la Biblia se habla de tratar bien al forastero y desde luego del amor al prójimo.

Además es violatoria del derecho internacional: no puede un Estado tener una legislación que corresponde al fuero federal. Es como si el gobernador de Tamaulipas aplicara una ley en contra de los texanos que visitaran México o transitaran por Tamaulipas, no les corresponde a los gobiernos estatales todo lo relacionado con política exterior. Es lo mismo. El gobierno federal de Estados Unidos está en contra de esta decisión, enfatizó.

Al entrar en detalle sobre las eventuales medidas que adoptará México en contra de la ley SB4, el jefe del Ejecutivo recalcó que no se aceptará ninguna deportación hecha por las autoridades estatales texanas.

“No queremos adelantar lo que podríamos hacer en caso de que quieran en Texas, el gobernador y todos estos antinmigrantes, antimexicanos, si pretendieran deportar, por ejemplo, que no les corresponde, nosotros no aceptaríamos deportaciones, de una vez lo adelanto, del gobierno de Texas.

Y no nos vamos a quedar con los brazos cruzados, sostuvo al señalar que la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene una estrategia diplomática contra la medida.

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