Islamabad. La activista pakistaní y Nobel de la Paz Malala Yousafzai dijo el sábado sentirse “emocionada y feliz” de regresar a su país para participar en una cumbre sobre la educación de las niñas, boicoteada por el gobierno talibán de Afganistán.

“Me siento realmente honrada, emocionada y feliz de regresar a Pakistán”, dijo a AFP en Islamabad, donde se celebra durante dos días un encuentro con representantes de casi medio centenar de países.

La cumbre reúne a ministros y embajadores de docenas de países de mayoría musulmana, así como a representantes de la ONU y del Banco Mundial, pero sin Afganistán, el único país del mundo donde las niñas no pueden ir a la escuela.

Malala Yousafzai, atacada en 2012 por talibanes paquistaníes en un autobús escolar en una zona remota de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, sólo ha regresado a su país en contadas ocasiones. Actualmente vive en el Reino Unido.

Yousafzai se ha convertido en una portavoz mundial del derecho a la educación de las niñas, y en 2014, con 17 años, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

El encuentro confirmará “el compromiso de la comunidad musulmana en hacer que las chicas sean autónomas a través de la educación”, indicó el Gobierno paquistaní en un comunicado.

“El mundo islámico, incluido Pakistán, afronta el desafío de garantizar el acceso equitativo de las niñas a la educación”, dijo el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, al abrir la cumbre.

“Denegar la educación a las niñas equivale a negarles su voz y su capacidad de elegir”, agregó.

“La educación de las niñas es importante”

El ministro paquistaní de Educación, Jalid Maqbul Siddiqui, dijo a AFP que su gabinete había “invitado a Afganistán, pero ningún representante del gobierno afgano estaba en la conferencia”.

Muhammad al Issa, clérigo saudí y secretario general de la Liga del Mundo Islámico, que ha respaldado la cumbre, afirmó que la religión no es motivo para impedir la escolarización de las niñas.

“Todo el mundo musulmán está de acuerdo en que la educación de las niñas es importante, y aquellos que dicen que la educación de las niñas no es islámica están equivocados”, declaró.

Roza Otunbayeva, jefa de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), instó a los líderes de los países islámicos a apoyar a las niñas afganas.

“Realmente hago un llamamiento a todos estos ministros […] que han venido de todo el mundo, para que ofrezcan becas, educación en línea, todo tipo de educación. Esta es la tarea del día”, declaró en una conferencia.

En los países de mayoría musulmana, decenas de millones de niñas no van a la escuela.

Afganistán, vecino de Pakistán, es el único país en el mundo donde las niñas y las mujeres no tienen derecho a ir a la escuela secundaria o a la universidad.

Dicha privación forma parte de una larguísima lista de prohibiciones que han excluido a las mujeres del espacio público en Afganistán.

Desde su regresó al poder en 2021, el gobierno talibán afgano ha impuesto una versión rigurosa de la ley islámica que, según la ONU, constituye un auténtico “apartheid de género”.

Yousafzai, que fue alcanzada por disparos de talibanes paquistaníes en 2012 cuando era una colegiala, había indicado el viernes en redes sociales que hablaría de “por qué los líderes deben pedir explicaciones a los talibanes por sus crímenes contra las mujeres y niñas de Afganistán”.

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