Moscú. Nos enfrentamos no sólo a un ataque terrorista cuidadosa y cínicamente planeado, sino a un asesinato en masa de personas pacíficas e indefensas. Los delincuentes, con calma y determinación, se propusieron matar, disparar a quemarropa a nuestros ciudadanos, a nuestros niños. Al igual que los nazis (durante la Segunda Guerra Mundial) llevaron a cabo masacres en los territorios ocupados, ahora estos decidieron montar una ejecución espectáculo, un acto sangriento de intimidación, afirmó ayer el presidente Vladimir Putin.

Al dirigir un mensaje a la nación, expresó sus condolencias a los familiares de los 133 víctimas mortales que, de modo aún preliminar, dejó el atentado de antier en Moscú, y declaró para hoy día de duelo nacional.

El jefe del Kremlin calificó este ataque de acción terrorista sangrienta y bárbara, y agregó: Todos los ejecutores, organizadores y quienes encargaron este crimen tendrán un castigo justo e inevitable, sea quién sea y quién los haya dirigido, vamos a identificar y castigar a todos los que están detrás de los terroristas, a los que prepararon esta atrocidad, este embate contra nuestro pueblo.

En cuanto a la investigación de la masacre, a cargo del Comité de Instrucción de Rusia (CIR), Putin dijo que hasta este momento se sabe que los cuatro autores directos del ataque terrorista, todos los que dispararon y mataron a personas, fueron encontrados y detenidos. Intentaron huir y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, les habían preparado una ventana en el lado ucranio para cruzar la frontera. Un total de 11 personas están detenidas.

Putin destacó que el FSB (Servicio Federal de Seguridad, por sus siglas en ruso), el Ministerio del Interior, la Guardia Nacional y otras dependencias están trabajando para identificar y descubrir toda la red de complicidades de los terroristas; quienes les proporcionaron el transporte, delinearon las rutas de escape de la escena del crimen, prepararon los escondites y les entregaron las armas y municiones.

Advirtió: “Los terroristas, asesinos, no son seres humanos y no pueden tener nacionalidad, sólo los espera un destino nada envidiable: la venganza y el olvido. (…) Nadie podrá quebrantar nuestra unidad y voluntad, nuestra determinación yvalentía, la fuerza del pueblo unido de Rusia.

Nadie podrá sembrar semillas venenosas de discordia y pánico o fracturar nuestra sociedad multiétnica. Rusia ha superado con frecuencia pruebas difíciles, a veces muy difíciles de soportar, pero cada vez se ha vuelto aún más fuerte. Así será en esta ocasión.

La versión oficial

Por la mañana de ayer, el director del FSB, Aleksandr Bortnikov, informó a Putin que 11 personas que participaron de una u otra manera, entre éstas los cuatro perpetradores de la masacre, están detenidos y ya empezaron a declarar durante los interrogatorios.

En la versión del FSB, difundida ampliamente en los canales pro Kremlin de Telegram y otras redes sociales, incluso con fragmentos grabados de los interrogatorios, los atacantes son originarios de Tayikistán, una de las repúblicas más pobres de Asia central y donde predominan los adeptos musulmanes, y tras cometer el atentado, junto con dos cómplices, huyeron en un Renault blanco hacia la región de Briansk, fronteriza con Ucrania.

De acuerdo con los detenidos, alguien –no saben quién– los contactó hace un mes en la red social Telegram y les ofreció 500 mil rublos (más o menos 50 mil dólares) por asesinar a la mayor cantidad de rusos durante una actividad con mucho público. El individuo no identificado (uno asegura que era el ayudante de una suerte de predicador) les indicó el sitio donde podrían recoger las armas que estaban enterradas en un bosque y les dijo que podrían cobrar el dinero en Ucrania. El FSB los detuvo ya en la región de Briansk, cuando intentaban cruzar la frontera.

La versión del FSB –que es la única explicación oficial de lo acontecido el viernes– echa por tierra la supuesta reivindicación del Estado Islámico, que insistió en asumir la autoría sin aportar ninguna prueba de su participación, y deja caer la sombra de la sospecha sobre Ucrania, que este sábado volvió a desmentir de modo categórico que tuviera que ver con el atentado.

Los medios de comunicación públicos de este país, sobre todo la televisión, se centraron ayer en remarcar la posible huella ucrania en el atentado y, de paso, en culpar a Estados Unidos por su implicación en la guerra de Ucrania y por no haber comunicado a Rusia toda la información que tenía y podía haber evitado la masacre.

La víspera del 8 de marzo, la embajada de Estados Unidos advirtió que en las próximas 48 horas podría ocurrir un atentado en Moscú, por lo cual recomendaba a sus ciudadanos no asistir a sitios de concentración de gente.

No ocurrió nada y, en la reunión con la plana mayor del FSB, el 19 de marzo, Putin indicó que, con ese tipo de avisos, Washington sólo busca chantajearnos y amedrentarnos.

Nuevas dudas

El gobierno de Tayikistán emitió una declaración que pone en duda la acusación contra sus ciudadanos y el Ministerio del Interior tayiko publicó las fotos de dos presuntos terroristas –contra quienes la policía de Moscú giró una orden de búsqueda y captura–, con su pasaporte abierto para demostrar que son ellos y están en el país centroasiático desde septiembre pasado.

Los adversarios del Kremlin, muchos desde el exilio donde pueden expresar su opinión libremente, coinciden en que la huella tayika tiene aspectos poco convincentes.

El periodista Mijail Sheveliov, por ejemplo, se pregunta cómo pudieron llegar los atacantes hasta la misma frontera con Ucrania, tras recorrer 378 kilómetros en un Renault blanco buscado por toda la policía de Rusia, sorteando todos los retenes y las cámaras de video. El ex director de la emisora Ejo Moskvy, Aleksei Venediktov, calculó que, en viernes y por carretera de pago, con 16 cámaras en la ruta, se podría llegar en 4 horas y 46 minutos.

La fuga imposible a Ucrania

Oleg Kashin, también periodista, no entiende cómo unos musulmanes pudieron asesinar a mansalva en pleno Ramadán y un viernes que es día sagrado para los creyentes de esa religión.

Y después de ver el video subido a Internet en el que los interrogadores le cortan una oreja a un detenido y lo amenazan con cortarle el pene y metérselo en la boca, hay quien apunta, como el analista Dimitri Kolesev, que los investigadores tendrán que esclarecer si es creíble el testimonio de un individuo asustado, con la cabeza vendada y ensangrentado, que apenas habla ruso y que dice haber llegado de Turquía a comienzos de marzo.

Más fallecidos

El número oficial de víctimas mortales, dado a conocer por el Comité de Instrucción ayer, en el atentado ocurrido la noche del viernes, suma 133 personas, pero aún no es definitivo porque entre los casi 159 heridos reconocidos, según datos del Ministerio de Salud, hay 16 afectados, entre ellos dos menores de edad, que se encuentran ingresados y su estado es sumamente grave y el de otros 44, delicado.

Asimismo, debajo de los escombros que dejó el derrumbe del techo de la sala podría haber más fallecidos, por herida de bala o por asfixia al respirar el humo del fuerte incendio que los bomberos aseguran que podrían sofocar por completo la noche de ayer. Desde temprana hora, miles de moscovitas acudieron a la principal clínica de urgencias Sklifasovsky y a otros centros médicos para donar sangre, donde los médicos buscan salvar a los heridos.

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