Invadido desde muy joven por el espíritu del cineasta Robert Altman, mediante la fascinación del entrecruzamiento con el maestro del realismo sucio, Raymond Carver, el joven director mexicano Rodrigo García Saiz, presenta su ópera prima Lluvia. Una cinta coral con la participación de los actores: Arcelia Ramírez, Dolores Heredia, Bruno Bichir, Karina Gidi, Martha Claudia Moreno, Morganna Love, Tiaré Scanda, Mauricio Isaac, Cecilia Suárez y Krystian Ferer, entre ellos.
Lluvia presenta seis relatos, donde distintos personajes que transitan por las anegadas calles de la Ciudad de México, quienes deambulan perseguidos por una lluvia intermitente y absortos en una desesperanza cotidiana. Sin embargo, cada uno se enfrenta a un momento imprevisto, un acontecimiento extraño, luminoso o absurdo que les revela quiénes son. Después de esos insólitos momentos, ellos vuelven a sumergirse en la cotidianidad de los días.
En entrevista con La Jornada Rodrigo García Saiz confiesa: “Altman y Carver siempre fueron mis referencias. Algo que me llamó mucho tiempo la atención, desde que era estudiante en el antiguo CUEC, de la película Shortcuts dirigida por Altman y basada en la novela de Carver, era la bondad en la que acercaba a esos personajes, sin juzgar sino que te adentraba tanto en ellos que los entendías desde un punto de vista humano, eso me pareció formidable. Cuando me enfrento en esa situación de hacer una película coral, que es un riesgo asumido porque puedes inclinarte más hacia una historia que a otra. Lo que hice junto con el reparto fue que para unificar el tono de la película fue realizar precisamente ese acercamiento humano con cada una de las historias y cercano a la gente”.
Conecta con el corazón
El director recalcó que hacer una película coral le permitió enseñar más de lo que es la Ciudad de México: “Los que no la conocen, los que no han venido, la película ha viajado por muchos festivales del mundo, y la gente se ha acercado para decirme que les conmovieron ciertas situaciones y lugares, no ve el cliché de el Ángel de la Independencia y se sorprenden con la ciudad que mostramos. Es parte de ese universo que muestra Lluvia. Los comentarios que he recibido es que conecta mucho con el corazón, no es muy efectista, es una película, que dentro de toda la complejidad que existe técnicamente detrás de ella, es muy simple ya que habla de la vida cotidiana”.
Dentro de este cúmulo de entretejer las historias con las actuaciones de Lluvia, García Saiz confiesa que en el proceso de edición encontró varias cosas: las historias funcionaban unilateralmente, siempre pensé que las podría entrelazar, entonces filmé varias cosas extras que me ayudaron a construir puentes entre una historia y otra. Fue un proceso, que junto con la editora Liora Spilk, encontramos mediante un procedimiento bastante largo: primero armar lo que teníamos en el guion y después juntar las distintas posibilidades que fueron surgiendo. Fue prácticamente rescribir de nuevo la película; es decir, encontramos unas cosas que si habíamos vislumbrado que podrían llegar a suceder, las materializamos en el proceso de montaje y edición, como la monotonalidad de la película o la mezcla de los momentos actorales de los sentimientos y las interacciones entre las historias. Fue una búsqueda muy profunda, se encontraron cosas muy reveladoras para la película
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Diferencia social y pesimismo
La música de Lluvia fue confecionada por Ramiro del Real es otro elemento importante en el filme: “Ayudó a darle el tono medio nostálgico que necesitaba la película, el que rondó a todos en nuestras cabezas cuando filmábamos. Ramiro del Real ayudó a materializar y generar todas esas rarezas que tienen las historias mismas de Lluvia y que apoyó con la edición para tener la película que estrenamos el 30 de enero”.
Cerrando la charla con este diario García Saiz rememora: “Desde niño fui un observador, crecí en la Ciudad de México, una localidad de más de 9 millones de habitantes donde la diferencia social y la desesperanza suelen ser un común denominador. Cuando leí esta historia quedé maravillado, no dejé de darle vueltas en mi cabeza por muchos días que se convirtieron en años. Lluvia es un conjunto de pequeñas historias, pero también es una sola. Habla de la soledad, del amor, de las ilusiones y la desesperanza, temas de la condición humana que siempre han sido de interés para mí como director. De ahí nació la necesidad de querer contar esta historia. Fui creando vínculos personales con cada uno de los personajes para poder trabajar desde un lugar sincero, honesto con ellos. Me preguntaba: ¿Cómo era esa profesora de inglés? ¿En qué piensa? ¿Qué siente ese taxista? ¿Qué hace una japonesa en un puente en plena Ciudad de México en una noche lluviosa? ¿Quién es? Así todas esas preguntas fueron siendo el verdadero anzuelo para ir conociendo a nuestros personajes más a profundidad y junto con el cast fuimos dándole forma a este mosaico de almas que tienen en común los encuentros y desencuentros. Para mí la mezcla de un reparto con una gran trayectoria y actrices/actores naturales fue muy importante ya que genera momentos especiales, mágicos, sorprendentes y de profunda conexión en cada uno de los relatos.
Encuentros de almas
“El trabajo visual de Lluvia siempre estuvo basado en ser testigos de las historias, ricas en texturas, colores, atmósferas y a la vez respirando honestidad en el contexto de la vida de los personajes. No quería una película sórdida, quería que la luz fílmica iluminara naturalmente esos encuentros de almas. En Lluvia hay dos personajes presentes todo el tiempo: uno es la ciudad en la que crecí y que quería que se sintiera en la historia y el otro, naturalmente, la lluvia. Esta última como un elemento que limpia, que purga, que moja, que alegra, que entristece, que hace pensar.”
Y como diría Bernard-Marie Koltès: Al final la lluvia, la lluvia, la lluvia
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