Washington. Tres aviones militares de carga estadounidenses, en colaboración con Jordania, lanzaron alimentos desde el aire en la Franja de Gaza el sábado, confirmaron voceros castrenses, en momentos en que ese territorio palestino enfrenta una creciente crisis humanitaria tras meses de conflicto.
“El Comando Central de Estados Unidos y la Real Fuerza Aérea de Jordania llevaron a cabo un lanzamiento aéreo combinado de asistencia humanitaria en Gaza el 2 de marzo de 2024, entre las 15h00 y las 17h00 (hora de Gaza) para brindar socorro esencial a los civiles afectados por el conflicto en curso”, dijo Comando Central estadounidense en la región (CENTCOM) en un comunicado.
Los aviones militares de carga C-130 “arrojaron más de 38.000 viandas a lo largo de la costa de Gaza, permitiendo el acceso civil a la ayuda crítica”, indicó el texto.
La operación había sido confirmada poco antes a la AFP por un alto funcionario castrense que declaró a bajo condición de anonimato.
Los aviones arrojaron “66 bultos en total de comidas sin carne de cerdo”, detalló el funcionario, sin especificar una cifra sobre el tonelaje total lanzado.
El presidente Joe Biden anunció el día anterior que Estados Unidos comenzaría a entregar suministros desde el aire a Gaza, tras la muerte de más de 100 palestinos en un ataque israelí cuando rodeaban un convoy de ayuda el jueves.
En ese incidente, decenas de palestinos desesperados murieron mientras se apresuraban a llegar hasta un convoy en el norte de Gaza, sitiada militarmente desde el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, y donde la ONU ha advertido sobre una crisis humanitaria y severa hambruna.
Biden ha presionado a Israel para que reduzca las bajas civiles y permita la entrada de ayuda a la Franja de Gaza, pero al mismo tiempo ha mantenido la asistencia militar para ese aliado tradicional de Estados Unidos.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, señaló el viernes que Estados Unidos planea realizar múltiples lanzamientos aéreos que durarían semanas.
La describió como una “difícil operación militar” que requirió una cuidadosa planificación por parte del Pentágono para la seguridad tanto de los civiles de Gaza como del personal militar estadounidense.