Ciudad de México. Niñas y niños de todas las edades gozaron con las canciones del compositor mexicano Francisco Gabilondo Soler, interpretadas por la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam) este fin de semana en la sala Nezahualcóyotl, para acercar la música de concierto a las infancias.

Con el programa De letras, brujas y ratones: 90 años soñando con Cri-Cri, se evocaron las emisiones de radio de la XEW de los años 30, donde una voz anunciaba: “¿Quién es el que anda ahí? ¡Es Cri-Cri. Es Cri-Cri! ¿Y quién es ese señor? El Grillo Cantor”.

El tenor Alonso Sicairos-León, el barítono Enrique Ángeles, la soprano Ana Rosalía Ramos y la mezzosoprano Linda Saldaña fueron los narradores y voces principales de las historias y composiciones del grillito cantor, que han trascendido el tiempo y siguen tocando el alma de niños y adultos.

La Ofunam, con Inés Rodríguez como directora huésped, empezó el espectáculo con Caminito de la escuela, mientras al fondo del escenario, en una pantalla se proyectaban imágenes de varios animalitos. El público acompañó la canción con aplausos.

Siguió la pieza La jota de la J, que contó con la participación de bailarines que contagiaron de alegría con sus movimientos y el sonido de las castañuelas.

Conforme transcurría el espectáculo el público reconoció a los personajes de las creaciones de Gabilondo Soler: El ropavejero, El ratón vaquero, La muñeca fea y El gato de barrio.

Cada tema iba seguido por una breve historia en torno a la vida del grillito cantor y su diversidad musical, con la cual compartió su perspectiva de la vida.

La sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario se transformó en uno de los estudios de la XEW, como si fuera una transmisión en vivo, pues también se emitieron anuncios de la época, de productos como el Chocolate Milo.

Todos los presentes se apasionaron con las aventuras fantásticas de Cri-Cri y ese mundo poblado por personas, animales, duendes y seres de diversa naturaleza, cuya función es entretener y despertar la imaginación.

Música y narrativa se combinaron en esta propuesta de la Ofunam realizada en el contexto del Día del Niño, que se celebra mañana. Fue un viaje en el tiempo lleno de nostalgia, donde sobre todo los adultos cantaron y recordaron su infancia.

Con apoyo de algunos elementos escénicos, los intérpretes recrearon las canciones; por ejemplo, aquella en la que escuchamos la conversación entre un par de utensilios de cocina. El comal se queja de que la olla lo ensucia con tizne y la olla responde llamándolo presumido.

Otro de los temas que interpretó la orquesta fue El ropero, que habla de los tesoros guardados de la abuelita, como un vestido que hace ruido al caminar y un libro con estampas. Pasan los años y estas historias siguen conmoviendo; es imposible no recordar los momentos familiares, al lado de nuestros abuelos.

Amalgama de géneros

En el concierto también hubo momentos divertidos, como cuando salió a escena el ratón vaquero, que fue recibido con una fuerte ovación y armó el baile entre sombreros y gritos.

La música de Gabilondo Soler, quien antes de convertirse en grillito cantor practicó boxeo y natación, es una amalgama de géneros que abarcan desde el tango hasta el blues, pasando por el ragtime y el danzón.

La diversidad en las composiciones introdujo a los niños a la amplia paleta de la música popular mexicana y mundial.

Además de las canciones y los anuncios, este programa sonoro también celebró los 90 años de la creación de Cri Cri. Asimismo, se escucharon los clásicos saludos a la audiencia de parte del locutor-narrador, quien pidió la porra universitaria del Goya.

Otros temas que se disfrutaron en el concierto fueron Che araña, La merienda, Bombón I, Jorobita, Chon Ki Fu y Canción de las brujas, que han marcado la infancia de muchas generaciones.

El concierto de la Ofunam, cuyo director escénico y productor fue Ragnar Conde, muestra que el legado de Cri-Cri sigue vivo y su música es fuente de inspiración para chicos y grandes, que no dejan de soñar.

Al finalizar la presentación, la orquesta dedicó Las mañanitas al Grillo Cantor, quien quedó inmortalizado en la memoria colectiva desde su debut, el 15 de octubre de 1934, en las ondas radiofónicas de la XEW.

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