Guadalajara, Jal. La escritora argentina Gabriela Cabezón Cámara (San Isidro, 1968) afirmó que la literatura es el reino de la libertad y donde se expresa el imaginario colectivo, como todas las artes. La tarde de este miércoles recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2024 en la 38 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

La narradora dijo que quienes han orquestado en las semanas recientes actos de censura en su país natal (La Jornada, 15/11/24) no leen. No sé cómo seguirá esto, pero les vendría bien asomarse a una novela o unos poemas o unos cuentos.

Agregó que cada libro cristaliza en cada lectura, y dado que la literatura es la máxima libertad, es también un muy fuerte acto rebelde. Estás creando una obra en tu lectura. No hay con qué evitar eso. Añadió que al restringir la lectura están tratando de limitar la libertad.

La autora de Las aventuras de la China Iron se dijo alegre por recibir el galardón nombrado en honor de sor Juana Inés de la Cruz, una mujer de valentía enorme y talento infinito. Escribió y amó con el mundo en contra y encima le dedicó poemas. Es un honor hermoso e infinito.

En encuentro con medios, Cabezón Cámara comentó que su discurso para la recepción del premio es una reflexión sobre el agradecimiento y la belleza de la vida, y una vez más sobre el agradecimiento.

La autora recordó que hay algunas coincidencias entre la protagonista de su novela Las niñas del naranjel, una monja que salió de un convento, con la Décima Musa: haber vivido en un horrible periodo, el de la Colonia, pleno de oscurantismo y represión. Se las arreglaron para hacer lo que quisieron. Son personajes admirables.

Comentó que estos regímenes que parecen totalitarios, y lo son, tienen algunas fisuras pese a que uno muchas veces no puede ni imaginar que exista otro mundo que ése, pero existe. Hay gente como sor Juana, que con su práctica y escritura ayudan a crear mundos nuevos. La literatura tiene ese poder. Es algo colectivo y tiene que ver con el imaginario de todos.

Esa parte compartida, continuó la novelista, está vinculada con el latido de la vida de la Tierra. Hay algo mucho más grande que nosotros los autores, que nos atraviesa. No es qué pensamos los autores, las autoras, sino todos y en la literatura eso emerge.

Por la necesidad de salir del oscurantismo, comentó la autora, estamos trabajando, y la escritura, la lectura y el periodismo son maneras de luchar por un lugar en que la vida de todos (que incluye a los animales, las selvas, los ríos y todo lo que vive) sea más posible, tranquila y feliz.

Dijo que la creación se ve obstaculizada por lo mismo que afecta a la totalidad de las personas: La desigual distribución de la riqueza, que cada vez se tiene que trabajar más para ganar dinero que alcanza apenas para sobrevivir, y la brutal amenaza y destrucción de la vida de la Tierra por quienes siguen haciendo de Latinoamérica una zona de sacrificio.

Destacó la defensa de bosques, humedales y ríos por los pueblos originarios, en su mayoría, que tienen otra forma de ver el mundo, otra filosofía y otra ciencia, que permiten que vivamos en la Tierra sin ser parásitos, sin matarla y sin matarnos. Hay que prestarles atención.

Cabezón Cámara concluyó: Me gusta pensar, imaginar otras ideas de otros mundos posibles, pero ya existen. Hay otros pueblos, otras culturas que ya viven en ellos. Y si los dejan en paz, van a seguir haciéndolo. Ahí está también la posibilidad de futuro, donde se dice que el futuro es ancestral, y ya supimos vivir de esa manera.

Compartir
Exit mobile version